Primera noche de toque de queda para los bares y restaurantes de las zonas confinadas en Madrid por el coronavirus A las diez, los hosteleros han tenido que echar el cierre. Eso, sumado a la reducción del aforo y la prohibición de servir en barra, es un desastre para los negocios cuando aún no se han recuperado del primer confinamiento.
“De esa calle para acá no está confinado, de esta para aquí sí... Eso es un disparate”, nos dice el dueño de un bar de uno de las 37 zonas confinadas de Madrid.
“Ahora mismo que podíamos estar dando cenas, recibiendo a alguien que quiera tomarse unas copas, que verdaderamente es de donde sacas algo de ganancia...todo se ha ido al traste”, nos cuenta otra camarera.
Este es el sentimiento compartido entre todos los hosteleros obligados a recoger sus terrazas antes de lo que les hubiera gustado. “Si encima nos recortan en tiempo, instalaciones y todo, nos llevan a la ruina”, lamenta otro camarero.
Quienes permanecen abiertos no lo están pasando mejor. “Si esa zona de enfrente está confinada, a nosotros nos separa un cruce, el tema es ese, que la gente tiene miedo”, dice el dueño de otro bar, que no tiene obligación de cerrar a las diez de la noche. “La gente se confinan y no salen entonces nos da lo mismo”, sentencia.
El malestar entre los clientes también es notorio. “Esto es una auténtica idiotez, el covid qué es el fantasma de la noche que aparece? O sea a las diez de la noche no lo coges, a partir de las diez sí lo coges”, dice irónico un vecino madrileño.
Medidas que muchos no comprenden y una hostelería que asume que las pérdidas en muchos casos abocarán al cierre.