Si bien 2020 pasará a la historia por ser el año en el que el coronavirus cambió nuestra vida, para muchos jóvenes también marcará un punto decisivo por otro motivo. La comunidad LGTBI+ de México, Canadá y Nueva Zelanda respira hoy más tranquila, ya que estos países han decidido prohibir las terapias de conversión.
Para aquellos que desconocen este tipo de práctica, se trata de una forma de tortura psicológica cuyo objetivo es anular la sexualidad de personas que aman a alguien de su mismo género. Normalmente este tipo de procedimientos se realizan de forma forzosa en entornos familiares homófobos, cediendo bajo presión. Si bien una terapia de conversión no va a cambiar la orientación sexual de una persona, sí que puede provocar fuertes secuelas psicológicas.
Ansiedad, depresión, aislamiento, baja autoestima e ideaciones suicidas son algunos de los problemas que provocan este tipo de prácticas y, pese a ello, en España se siguen practicando porque no hay ninguna ley que las prohíba. Pero, ¿significa eso que sean legales?
Para responder a esta pregunta, primero es necesario conocer el testimonio de Álex, un joven de 21 años que se topó con las terapias de conversión sin ni siquiera buscarlas.
“En septiembre empezaron las clases y volví a Madrid para estudiar. Yo tengo instalado Grindr como mucha gente. Total, que estaba en la aplicación tan tranquilo cuando vi que me había mandado un mensaje una mujer ofreciéndome una cura para mi homosexualidad”, relata con incredulidad Álex.
La situación fue tan surrealista que Álex hizo un pantallazo y lo compartió con sus amigos. “En el mensaje decía que podía ayudarme a salir de la homosexualidad porque estaba asociada a la adicción al sexo, a la ansiedad y a la poligamia. Solo le faltó preguntarme si tenía VIH”, bromea dada la situación. “Uno de mis amigos me dijo que le sonaba mucho el nombre de esta mujer y resulta que yo no era el único al que había escrito. En Twitter otros chicos habían compartido el mismo mensaje que yo recibí”.
Tal y como señala Álex, son muchos los jóvenes que han compartido sus experiencias con ese mismo perfil de Grindr.
La supuesta autora de los mensajes, Elena Lorenzo, ha denunciado la suplantación de su identidad en Grindr. Sin embargo, sí que ofrece terapia de conversión para personas con AMS o Atracción al Mismo Sexo, tal y como señala en sus redes sociales y en su página web.
Por lo tanto, no está claro si los mensajes de Grindr son de ella o de alguien suplantándole la identidad para promover su mensaje de odio homófobo. Lo que sí se sabe es que la Comunidad de Madrid condenó a Elena Lorenzo a pagar 20.001 euros en 2019 por promocionar terapias de conversión. Esta denuncia fue un hito histórico, ya que supuso la primera sanción por infracción de la Ley de Protección Integral contra la LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad en España.
Si bien en España no figura ninguna medida que prohíba las terapias de conversión como tal, sí que existe una ley que garantiza la protección y la no discriminación de la comunidad LTGTBI, tal y como demostró la sanción de 20.001 euros a Elena Lorenzo.
Está en manos de todos impedir que las terapias conversivas sigan siendo legales y para ello debemos denunciarlas pública y judicialmente. Para ello puedes acudir a las siguientes instituciones: