El verano es época de relajación, altas temperaturas... y las ansiadas vacaciones. Por eso es el momento perfecto para disfrutar, descansar mente y cuerpo y, por qué no, ponernos en forma e introducir nuevas rutinas saludables que podamos mantener durante el otoño y el invierno. También es cierto que durante estos meses solemos entregarnos al lado opuesto y cometer ciertos excesos, sobre todo en lo que a alimentación se refiere. También nos cuesta un poco más hacer deporte, en parte debido al calor, y también porque el relax generalizado se contagia y lo invade todo. Si quieres sacar el máximo partido a estas vacaciones para mejorar tu salud, toma nota de estos consejos de salud para el verano.
Las horas interminables en restaurantes y bares, tumbarnos a la bartola en la playa o en la piscina, despertarnos (y acostarnos) más tarde que nunca, consumir más alcohol y bebidas carbonatadas de la cuenta, rendirnos a la paella… El verano es una etapa extraña en lo que nutrición y salud se refiere: de un lado, nos apetece estar activos y consumir productos frescos y con mucha agua y, de otro, es muy fácil que nos entreguemos a los excesos y que optemos por no hacer nada y comer demás. Afortunadamente, todo lo que necesitamos es un poco de disciplina y unas cuantas buenas ideas. Las buenas temperaturas suelen jugar a nuestro favor, ya que estamos, en general, más contentos y dispuestos a introducir rutinas divertidas y saludables.
No solo es necesario, sino que puede que durante el verano te apetezca más beber agua que durante el resto del año, y esto tiene razón de ser: durante los meses de más calor sudamos más y, por tanto, necesitamos hidratarnos por encima de lo habitual. Es también un momento perfecto para tomar conciencia acerca de la necesidad de la hidratación para mantener bajo control todas nuestras funciones vitales. Si consigues mantener esta costumbre durante el resto del año, tu salud ganará muchos puntos.
En relación con el punto anterior, a la hora de hidratarnos siempre será mucho mejor consumir agua o zumos de frutas, licuados de verduras… que optar por bebidas azucaradas y calóricas que nos estarán aportando más perjuicios que beneficios. En la medida de lo posible, y siempre dentro de un margen que te permita disfrutar de tu tiempo de ocio, evita tanto las bebidas carbonatadas como las bebidas alcohólicas. El agua y las infusiones son tus grandes aliadas, aunque los zumos y licuados te aportarán mucho más a nivel nutricional.
No todo tiene por qué ser autocontrol durante el verano. Al fin y al cabo, nos merecemos unas vacaciones en las que podamos disfrutar con todos los sentidos, incluido el gusto. Sin embargo, debes intentar que tu dieta durante los meses de más calor te mantenga hidratado y ligero. Es el momento ideal para consumir fruta y verdura fresca y de temporada, así como para optar por platos con poca preparación, fríos y saludables. Así podrás compensar los excesos que (seguro) cometerás más de un día.
Durante las vacaciones, y aunque a veces nos pueda dar más pereza de lo habitual, conviene mantenerse activo. Las temperaturas extremas no ayudan, pero sí lo hace el clima agradable que se respira en general, y a ello se suma la posibilidad de disfrutar de más horas de ocio (y de sol). Por eso, a pesar del calor, el verano es un buen momento para introducir rutinas de ejercicio que puedas mantener más adelante. Ante la duda, elige las primeras y últimas horas del día, ya que el tiempo será mucho más fresco. Además, puedes aprovechar para tomar contacto con deportes de agua, senderismo, etc.
Proteger tu piel del sol es un básico durante todo el año, pero mucho más durante los meses de verano. Además, no olvides que utilizar un factor solar elevado es un gesto que debes llevar a cabo cada día y hagas lo que hagas. No importa si simplemente vas a dar un paseo por la ciudad o si vas a pasar seis horas en la playa. Tu piel necesitará, igualmente, protegerse del sol para evitar un envejecimiento prematuro y posibles enfermedades.
Dedicarte tiempo a ti mismo y cuidar tu mente es mucho más sencillo cuando la agenda está liberada y la lista de preocupaciones, guardada en un cajón. El verano es la época perfecta para meditar, practicar yoga, leer… o, simplemente, no hacer nada y dejar a tu cerebro descansar. A veces nos llevamos el estrés de vacaciones y no logramos desconectar del todo: por eso, qué mejor que reconectar con otros mismos utilizando las múltiples técnicas que existen para ello. También puede ser un buen momento para retomar aquellas actividades para las que nunca tienes tiempo y siempre te han atraído. Talleres, cursos, manualidades… Eso sí, no conviertas estas actividades en nuevas formas de añadir estrés a tu vida y llenar el vacío.
Nada como un cuerpo cansado después de hacer ejercicio y una mente limpia y libre de preocupaciones para descansar como nunca. El colofón a todas estas prácticas y consejos es un descanso de calidad, verdaderamente reparador, que te permitirá recuperarte y ganar salud a pasos agigantados. A veces le restamos valor a la importancia de un buen descanso: si consigues dormir así de bien durante unos días, notarás la diferencia rápidamente y podrás generar con ello nuevas dinámicas que te harán mucho más feliz.