Un hombre ha sido detenido por abrir un gimnasio en la ciudad de Alicante que, pese al confinamiento impuesto por el estado de alarma durante el coronavirus, funcionaba con la persiana bajada y entrando mediante un código previamente acordado.
La Policía Nacional alicantina ha informado de que la llamada de un vecino con domicilio frente a la instalación deportiva ha permitido el arresto del individuo, español y al que se le imputan los supuestos delitos de resistencia y desobediencia al real decreto del estado de alarma.
Pese a estar hipotéticamente cerrado al público con la persiana bajada, cuando los agentes se personaron en el gimnasio escucharon música ambiente, y tras llamar y entrar observaron ropa deportiva en bolsas, así como carros de la compra de productos de alimentación en el interior.
A la puerta salió un hombre que se identificó como personal de mantenimiento y que negó en varias ocasiones que hubiera más personas dentro, pero al ver los policías las bolsas con ropa tanto en el suelo como sobre unas bicicletas elípticas, entonces sí pasó a admitir que había dos personas realizando ejercicio físico.
Esas dos personas, un hombre y una mujer, fueron localizadas escondidas dentro de un despacho y se les ha abierto sendas actas para propuesta de multa.
Para entrar al establecimiento de forma discreta era necesario introducir un código de acceso, cerrar posteriormente la persiana y también era obligado portar bolsas o carros de compra para tratar de pasar desapercibidos.