Una de las mejores herramientas a nuestra disposición para evitar el contagio de virus -como es el caso del coronavirus o la gripe- es mantener una adecuada higiene en nuestras manos (Isabel Jiménez y David Cantero hicieron una demostración en directo en Informativos Telecinco) y, para ello, el uso de gel desinfectante o gel antiséptico de manos es un aliado especialmente útil.
Este tipo de geles son perfectos para desinfectarnos de manera sencilla y rápida y, de hecho, los podemos encontrar en muchos hospitales como elemento de limpieza preventiva antes de entrar en contacto con pacientes. Existen también desinfectantes de manos ‘de bolsillo’ a disposición de cualquiera que desee proteger a quienes le rodean de una posible infección, o bien prevenir contagiarse por el contacto con personas u objetos infectados. ¿Por qué son tan eficaces? ¿Qué componentes hacen tan útil este tipo de gel?
El secreto de estos geles, tal y como recoge Wikipedia, está en la presencia de alcohol isopropílico, etílico o propílico: de hecho, reciben también el nombre de alcohol en gel, así como el de gel antiséptico, gel antibacterial, gel desinfectante, gel de alcohol, alcohol gel o gel limpiador bactericida. Se trata de un producto que se utiliza como alternativa al uso de agua y jabón para lavarse las manos. También existen geles desinfectantes sin alcohol, con otros componentes como el cloruro de benzalconio o el triclosán.
Estos productos son muy útiles a la hora de evitar la propagación de gérmenes. Con un porcentaje de alcohol que varía entre un 60 y un 65 por ciento, en los casos en que su concentración llega al 65 por ciento se consigue matar un 99,9% de las bacterias de las manos en 30 segundos. Además, se matan entre un 99,99 y un 99,999 por ciento de las bacterias en un minuto.
Eso sí, es importante hacer un uso adecuado de este tipo de gel para que sea realmente efectivo. En general, se recomienda aplicar el producto en la palma de una mano y frotar las manos entre sí, incidiendo en todas las superficies posibles (entre los dedos, en el dorso de la mano…) hasta que el gel se seque completamente. Gracias a este pequeño gesto pueden eliminarse incluso bacterias resistentes a los antibióticos, virus como el de la gripe y el del resfriado común, y también el VIH o los hongos.
Su efectividad es tal que, utilizado en contextos laborales o educativos, ayuda a reducir el absentismo por minimizar el número de contagios de enfermedades comunes como el resfriado, siendo más efectivo que un simple lavado de manos.
Los contagios de coronavirus, gripes y cualquier otra enfermedad de este tipo pueden reducirse acudiendo al simple lavado de manos normal (con agua y jabón), pero puede ser aún más efectivo recurrir a los geles desinfectantes que, además, permiten mantener una higiene más constante, al poder llevarse consigo y no precisar de agua (ni, por tanto, de un lavabo o similar) para aplicarse. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el 25% de las infecciones respiratorias se podría evitar solo con el gesto de lavarnos las manos a menudo y a conciencia.
Estos geles se pueden adquirir en farmacias y existen en distintas concentraciones de alcohol y distintas marcas.