Cada 12 de mayo se celebra el Día Mundial de la Enfermería y, cuando se trata de esta disciplina, sin duda uno de sus referentes más claros es el de Florence Nightingale. Tanto es así que esta fecha coincide con el cumpleaños de la que es, considerada una de las pioneras de la enfermería moderna gracias a su enfoque innovador, basado en la explicación de los fenómenos a través del análisis, el razonamiento y la argumentación lógica. ¿Quién fue Nightingale y cómo cambió el curso de la enfermería? ¿Qué le debemos a su esfuerzo por mejorar este área de la salud?
A Florence Nightingale, nacida en Florencia en 1820 y de nacionalidad británica, le debemos la creación del primer modelo conceptual de enfermería. Enfermera, escritora y estadística, convirtió su profundo conocimiento de las matemáticas en una herramienta aplicada a la epidemiología y a la estadística sanitaria, sentando con ello las bases de la profesionalización de la enfermería.
Fue también precursora de la escuela de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres (la primera escuela laica de enfermería de mundo), y se convirtió en la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, siendo también miembro honorario de la American Statistical Association. Un importante punto de inflexión durante su carrera fueron sus trabajos relacionados con la asistencia a los heridos de la guerra de Crimea, en los que denunció las condiciones de vida de este colectivo. De hecho, gracias a su intervención, la tasa de mortalidad descendió en este ámbito desde el 40 al 2 por ciento. La importancia de sus aportaciones es tal que el juramento Nightingale que llevan a cabo los enfermeros al graduarse fue creado en su honor en 1893.
Su filosofía de trabajo consistía en enfocar la enfermería como una disciplina capaz de ayudar al paciente a mantener su organismo sano y a usar toda su energía adecuadamente, y no solo a curar determinada enfermedad. Esta idea enlazaría con la de prevención, que pasa por crear un entorno saludable para evitar la enfermedad: aire limpio, agua pura, un sistema de alcantarillado eficaz, limpieza, luz... serían elementos clave para mejorar nuestra salud.
Esta forma de pensar tiene su reflejo en el concepto mismo de enfermería que defiende el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), que abarca los cuidados autónomos y en colaboración que se prestan a personas de todas las edades, grupos y comunidades, enfermos o sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y los cuidados de los enfermos, discapacitados y personas moribundas. Fomentar un ambiente saludable y participar en la política sanitaria y en la gestión de los pacientes y sistemas de salud serían, entre otras, algunas de las funciones clave de esta disciplina.
Además, su vocación por la enfermería la llevó a enfrentarse a su familia, ya que se trataba de una profesión poco valorada en aquel momento. Mientras que sus padres se oponían a que se dedicara al cuidado de enfermos, su abuelo materno comprendió la vocación de Nightingale, quien nunca se casó y dedicó su vida a la mejora de esta profesión.