El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha comparecido desde Moncloa para analizar la situación epidemiológica de España en el marco de la pandemia del coronavirus, que ya deja 255.953 casos y 28.406 muertos por COVID-19 según las cifras del Ministerio de Sanidad.
Tomando la palabra tras la intervención del ministro Salvador Illa, quien ha criticado a aquellos que hacen oídos sordos a las medidas sanitarias y ha recordado que “el virus sigue entre nosotros”, Fernando Simón ha continuado en esa línea advirtiendo que, aunque “la epidemia está siguiendo lo que estábamos observando en los últimos días”, es cierto que “los casos están aumentando”.
Concretamente, ha indicado, en el día previo se diagnosticaron un total de 164 casos, un número que se eleva a 1.975 en la última semana. Además, los casos diagnosticados que han iniciado síntomas en los últimos siete días ascienden a 683.
No obstante, por otra parte, Simón ha incidido en que este aumento, derivado de los distintos brotes que se están produciendo en España, los cuales ha elevado a 120, destacando que de ellos “solo algunos son brotes de interés”, presenta datos indicativos de que la pandemia ahora “es diferente”.
A este respecto, ha señalado, ahora la mayor parte de los casos presentan sintomatología leve. “Tenemos un número muy importante de casos, de alrededor del 70% en algunas zonas que son asintomáticos. Casos que o no van a desarrollar síntomas o que pueden desarrollarlo en los próximos días, lo cual nos permite aislarlos. Esta cifra del 70 por ciento de asintomáticos nos indica que los casos son más leves de lo que se viene observando”, ha dicho, destacando que la edad media de los afectados por el coronavirus sigue bajando, siendo de 46,3 en hombres y 50,5 en mujeres.
Sin dar lugar a equívocos, en este sentido ha advertido: “Lo cierto es que en todos los grupos de menos de 50 años son en general casos más leves, no todos. Las personas jóvenes también pueden ser casos graves aunque con mucha menos frecuencia”.
En este contexto, ha ahondado: “Todo esto implica que esperamos casos más leves e implica que se están produciendo los brotes o en personas trabajadoras o en contactos de estas personas que habitualmente tienden a ser más jóvenes de lo que eran los grupos anteriores. Esto no quita que sigamos teniendo algunos brotes concretos en residencias y entre grupos vulnerables”. Por eso, ha recalcado el epidemiólogo, “tenemos que tener mucho cuidado con lo que pueda pasar en el futuro”.
Destacando que ahora “estamos detectando muchísimo más que hace unos meses” y eso hace a su vez que se localicen muchos más casos asintomáticos y casos leves que antes pasarían desapercibidos, ha asegurado, pese a todo, que “siempre con la prevención de que el virus está circulando, los datos indican que la transmisión es menor y el riesgo asociado a cada uno de los casos es menor”.
“Detectamos mucho más que antes, y esto es bueno. El problema lo teníamos antes porque detectábamos menos de lo que nos hubiera gustado. Esto es importante, nos ayuda a controlarlo, pero al mismo tiempo sabemos que tenemos incrementos en al menos 15 provincias de las 52 que hay en nuestro territorio. Esto indica que el virus está difundido en el territorio más de lo que los brotes pueden indicar. Pero el tipo de casos que estamos detectando hasta cierto punto tranquiliza un poco”, ha asegurado.
En este sentido, rescatando las palabras de Illa al afirmar que “el virus todavía está ahí”, ha señalado que, si bien por el momento la mayor parte de los casos están afectando a personas jóvenes, “si nuestros grupos vulnerables no se protegen correctamente o no los protegemos podemos tener brotes con un gran impacto”.
Emulando al “test, test, test” del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Fernando Simón ha manifestado que se deben multiplicar los esfuerzos en “detectar, detectar y detectar”, y ha incidido en que las comunidades autónomas deben garantizar que cuentan con los recursos para realizar un correcto seguimiento de los casos con el objetivo de poder localizarlos, identificarlos y controlar las cadenas de transmisión.
Contestando a los periodistas en la tradicional ronda de preguntas, Fernando Simón ha señalado que “la nueva normalidad lleva consigo el control de brotes, el control de situaciones de transmisión antes de que se descontrole”. “Esa nueva normalidad conlleva que en momentos concretos por periodos concretos y en zonas concretas se tengan que aplicar medidas restrictivas. El objetivo es ese. En algunos casos como hemos visto ahora a lo mejor esas zonas geográficas son un poco más amplias de lo que nos gustaría. Hemos visto que en Aragón el impacto de las medidas ha sido un poco diferente respecto al de Lleida. Las medidas tienen que ser muy diferentes según las características específicas. Si conseguimos hacer medidas adecuadas a tiempo en las zonas adecuadas durante el tiempo adecuado es muy posible que evitemos medidas drásticas que afecten a grandes grupos de población”, ha contestado el epidemiólogo al ser cuestionado sobre la grave situación de la comarca del Segrià, siendo el registrado allí el brote más voluminoso y el que más preocupa.
En este contexto, ha sido claro ante los periodistas cuando le han preguntado por la medida más eficaz para frenar el continuo aumento de los casos: “La medida más eficaz el confinamiento. Lo hemos visto: evita el contacto al máximo nivel y reduce al máximo los riesgos, pero cuando se plantea una respuesta como lo que está viviendo Lleida se plantean distintas opciones. Quizás la que más rápido tendría efecto sería un confinamiento, pero si esta no se puede aplicar por los motivos que todos conocemos se pueden plantear otras acciones que tendrán un impacto suficiente, no tan rápido, pero suficiente para controlarla. Hay medidas que pueden afectar a horarios de tamaños públicos, tamaño de reuniones, apertura de negocios y servicios públicos y locales donde hay grandes afluencias de público. Hay muchas medidas que no serán tan eficaces como confinamiento que no tendrán impacto tan rápido, pero sí suficiente. Hay que intentar aplicar medida más contundentes y rápidas en cuanto al efecto, pero si no se puede habrá que aplicar medidas como esas”, ha dicho.
Por último, Fernando Simón, como Illa, se ha dirigido específicamente a los jóvenes: “No es que los jóvenes en sí, por ser jóvenes, tengan más riesgo. Está asociado a los actos que realizan y a la posibilidad de que sean trabajadores, en algunos casos como los temporeros, que son personas que tienen que seguir trabajando, no solo por el hecho de subsistir sino porque realizan esenciales para la sociedad. Todos hemos visto escenas de jóvenes y no tan jóvenes, pero no personas muy mayores, en los que las medidas de prevención no se han seguido correctamente. Ahora no es una cuestión de no divertirse sino divertirse de otra manera. Tenemos que tener claro que hay riesgos a los que no debemos exponernos nosotros porque podemos exponer a grupos donde sí que va a haber un impacto grave. Yo sí que hago un llamado a los jóvenes para entender que la nueva normalidad no quiere decir divertirse de la forma de siempre. Si ahora hay que hacer fiestas más pequeñas se hacen más pequeñas. Las medidas de prevención las conoce todo el mundo. No es una cuestión de educación ni de conocimiento. Sí que lo es de concienciación. Ahí pediría que si pudieran echarnos una mano con esta concienciación de los grupos que todavía no están suficientemente concienciados de los riesgos a los que se exponen ellos y sobre todo a los que exponen a los de su alrededor”.
En este sentido, Simón se ha puesto de ejemplo para poner énfasis a su explicación: “A mí me gusta mucho el deporte y me encanta celebrarlo, pero este año lo voy a celebrar de otra manera. Si el Zaragoza sube a primera lo celebraré de otra manera, no me juntaré con otros maños. (Tiene muchas opciones, que lo sepáis). No creo que sea mucho menos divertido celebrarlo de otras maneras alternativas. Hay formas. No es necesario juntarse 5.000 personas para celebrar un ascenso, se pueden juntar de 10 en 10. Y no es necesario aglomerarse. Además cuando se usan mascarillas en estas circunstancias se suelen utilizar mal. No es cuestión de no hacer cosas divertidas, sino hacerlas de otra manera. No estamos en la normalidad, estamos en la nueva normalidad, en la normalidad diferente, si es más drástico. Tenemos brotes que se han producido por celebrar las ‘no fiestas’ de los pueblos, por celebrar las ‘no celebraciones’ de los eventos divertidos, por las situaciones que son perfectamente evitables y que es cierto que no son lo mismo, pero uno se lo puede pasar igual de bien sin exponerse a estos riesgos y sin exponer a los otros. Este año no toca. Es un año, no estamos hablando de aquí a la eternidad. Es un año que no se celebre. Tenemos que ser inteligentes para buscar otras alternativas, y los clubs pueden ayudar a ello”.