Estamos en una tercera ola que no tiene freno, con récord de contagios que ya sin superiores una primera ola que obligó a un confinamiento duro. David Escors Murugarren, virólogo de Navarraviomed, experto en coronavirus, es conciso a la hora de decir que "las olas no son biológicas sino que las creamos nosotros no poniendo las restricciones. Según sean las medidas que tomemos, este pico puede durar una o dos semanas. El virus es igual que en la primera ola. Ahora están apareciendo variantes porque el virus se está acostumbrando a la población humana. Es un proceso natural en cualquier virus. lo más probable es que estemos apareciendo otras variantes en todos los países que todavía no se han conocido. Es normal que haya casos de la variante británica en España. Son más infecciosas, se transmiten mejor y son más difíciles de detectar. Es probable que haya más asintomáticos". Esa es la cruda realidad de la tercera ola.
Gabriel Reina González, especialista en Microbiología y Parasitología de la Clínica Universidad de Navarra también pone en manos de las restricciones y de nuestros propios actos la duración de la tercera ola. "Por las cifras que tenemos podríamos estar acercándonos al pico pero en función de las vías de control que se lleven a cabo en las próximas semanas podrá se un pico que se transforme en meseta o que se de descenso de casos. El mejor conocimiento de la gestión hace que la ola actual tengamos herramientas para que no tenga un mayor impacto que la primera. La cepa británica está ya presente en España y probablemente su impacto vaya a más. Esto es normal era lo esperable parece que tiene más capacidad de transmisión pero no es mas virulenta", concluye.
Jacobo Mendioroz, coordinador de la unidad de seguimiento de la covid, se muestra preocupado por los datos y algo más. "Me preocupa que la ciudadanía se haya relajado en cuanto al tipo de mascarillasMe preocupa ver tantas mascarillas chulas de diseño, pero que no son buenas. Las FFP2 son las mejores pero son caras, las quirúrgicas luego estarían las higiénicas, y luego las de tela que ya ha habido algunos pronunciamiento que han mostrado sus reticencias. Se ha ido relajando la ciudadanía en cuanto al tipo de mascarilla. Puede haber el peligro de sentirse protegido cuando realmente no se está", alerta.
José Matáix, médico intensivista Hospital General Alicante, habla tras una guardia interminable, agotadora, como son todas ahora. "La UCI de 19 camas hace tiempo que se llenó, se han metido camas en otras dependencias, en zonas libres, en los quirófanos, tenemos respiradores, ahora lo que necesitamos es personal experto para atender a pacientes graves. En mi hospital había una UCI y una unidad de reanimación, ahora hay 7 unidades con pacientes críticos y graves, los anestesiólogos somos los mismos y el peligro es que la fatiga nos pase factura. Todos ayudamos al máximo", señalan.
Estrella Martínez, decana del Consejo de Colegios de Enfermería de Cataluña pide un confinamiento corto, medidas estrictas y contundentes, duro, en eso coincide con el Colegio de Médicos de Barcelona. La situación de los hospitales es insostenible, cerca del colapso, peor que en la primera ola, señala, porque las altas son más largas. "Estamos retirando enfermeras de servicios esenciales y frenando intervenciones no urgentes. Los confinamientos cortos darán mejores resultados porque los largos pueden tener también grves consecuencias.
El virólogo y jefe de patógenos emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, Adolfo García- Sastre, considera que "ahora es necesario aumentar las medidas de restricción para que haya menos contactos. Estamos viendo el resultado de lo que ha pasado hace tres semanas. Mucha gente ha tenido contacto con otras personas debido a las fiestas de Navidad, han empezado a dispararse los contagios y luego más tarde empezarán a dispararse los casos de enfermedad severa. De nuevo nos va a volver a costar cierto tiempo bajarlos. Al menos tres semanas", anticipa.
Y para culminar los problemas de la tercera ola, hay que hablar de otra realidad. "Las restricciones no la respeta nadie, vamos a ser realistas y el que diga que los respeta miente porque pocos las entienden, porque está harta y porque las sanciones brillan por su ausencia". Es un ejemplo que se nota en las calles d Madrid, donde hay controles (algo que no hay en todas las localidades), pero lo que dice un ciudadano parece una de las claves. "Esto es un cacao maravillao".