Lothar Wieler, director de la principal organización epidemiológica pública de Alemania, el Instituto Robert Koch, se ha manifestado en contra de la vacunación obligatoria para el coronavirus y ha dejado en manos de los ciudadanos la potestad de recibir el tratamiento.
"No tenemos motivos para pensar en la vacunación obligatoria", ha explicado Wieler, desde la ciudad de Schwerin, en el norte de Alemania. "Está claro que los ciudadanos son lo suficientemente inteligentes para saber cuándo tienen entre manos una vacuna segura", ha añadido.
Hace unas semanas el instituto fundó un grupo de trabajo para centrarse en el tema de una vacuna. Una vez que haya una vacuna, este grupo establecerá qué grupos de población podrían vacunarse y cómo. Alemania ha registrado en las últimas 24 horas un descenso en casos diarios de fallecidos y contagios: 57 muertos y 620 casos, hasta contabilizar un total de 7.881 decesos y 173.772 víctimas mortales por la pandemia de coronavirus.
Mientras, la ministra de Innovación y Desarrollo de Francia, Frédérique Vidal, ha pedido calma ante el estado de desarrollo sobre una potencial vacuna contra el coronavirus, que a su entender no estará disponible hasta dentro de 18 meses dada la dificultad que entraña su desarrollo.
"Lo que dicen los laboratorios, según los investigadores, es que la aceleración que hemos visto en el desarrollo de ensayos clínicos nos da la esperanza de una vacuna dentro de los 18 meses. Lo que no resulta razonable es creer que podamos adelantarnos a ese plazo, a no ser que tengamos la intención de poner en peligro la seguridad de la gente", ha explicado en una entrevista a la cadena Europe 1.
La ministra respondió así a una petición para que valorara las esperanzas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en hallar una vacuna para finales de año, como llegó a asegurar una vez más este viernes en la Casa Blanca. "La investigación sobre una vacuna, como todo el mundo sabe, es algo que tarda varios años", ha explicado Vidal.
Por otro lado, la ministra ha reiterado que cualquier éxito en este sentido no debería ser potestad de un único país, en una velada referencia a la polémica desatada esta semana por el gigante farmacéutico francés Sanofi, que avisó con priorizar la producción y distribución de una vacuna en EEUU, que está sufragando su desarrollo. "Me parece inaceptable que una vacuna se reserve para un país concreto por motivos financieros", ha lamentado la ministra.