Un nuevo estudio demuestra que aunque la variante ómicron del SARS-CoV-2 es resistente a la mayoría de los anticuerpos terapéuticos, así como a los adquiridos tras pasar la propia enfermedad y por la vacuna, resulta neutralizada por una dosis de refuerzo. Así lo concluye la investigación apoyada por la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias (HERA) de la Unión Europea
Los científicos de varias instituciones coordinadas buscaban caracterizar la eficacia de los anticuerpos terapéuticos, así como de los anticuerpos desarrollados por individuos previamente infectados por el SARS-CoV-2 o vacunados, para neutralizar esta nueva variante. Llegaron a la conclusión de que las numerosas mutaciones en la proteína 'Spike' de la variante ómicron le permitían evadir en gran medida la respuesta inmunitaria.
Empezaron por probar nueve anticuerpos monoclonales utilizados en la práctica clínica o actualmente en desarrollo preclínico. Seis anticuerpos perdieron toda la actividad antiviral y los otros tres fueron de 3 a 80 veces menos eficaces contra ómicron que contra delta.
"Demostramos que esta variante altamente transmisible ha adquirido una importante resistencia a los anticuerpos. La mayoría de los anticuerpos monoclonales terapéuticos disponibles actualmente contra el SARS-CoV-2 son inactivos", comenta Olivier Schwartz, coautor del estudio y jefe de la Unidad de Virus e Inmunidad del Instituto Pasteur.
De hecho, los científicos observaron que la sangre de los pacientes previamente infectados con covid-19, recogida hasta 12 meses después de los síntomas, y la de los individuos que habían recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer o AstraZeneca, tomada cinco meses después de la vacunación, apenas neutralizaban la variante ómicron.
Pero el suero de los individuos que habían recibido una dosis de refuerzo de Pfizer, analizada un mes después de la vacunación, siguió siendo eficaz contra ómicron. No obstante, se necesitaron entre cinco y 31 veces más anticuerpos para neutralizar ómicron, en comparación con delta, en ensayos de cultivo celular. Estos resultados ayudan a arrojar luz sobre la eficacia continuada de las vacunas en la protección contra las formas graves de la enfermedad.
"Ahora tenemos que estudiar la duración de la protección de la dosis de refuerzo. Es probable que las vacunas se vuelvan menos eficaces para ofrecer protección contra la contracción del virus, pero deberían seguir protegiendo contra las formas graves", explica Schwartz.
"Este estudio muestra que la variante ómicron dificulta la eficacia de las vacunas y los anticuerpos monoclonales, pero también demuestra la capacidad de los científicos europeos de trabajar juntos para identificar los retos y las posibles soluciones", comenta Emmanuel André, co-último autor del estudio, profesor de Medicina de la KU Leuven y director del Laboratorio Nacional de Referencia y de la red de vigilancia genómica de covid-19 en Bélgica.
Otro estudio realizado por investigadores del Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) coincide en que se necesita una dosis de refuerzo de la vacuna contra el ovid de Moderna o Pfizer para proporcionar inmunidad contra la variante ómicron del SARS-CoV-2.
Los resultados de la investigación se han publicado en la revista 'Cell' e indican también que los regímenes de dosificación tradicionales de las vacunas covid-19 no producen anticuerpos capaces de reconocer y neutralizar la variante Ómicron.
Para demostrar si las vacunas protegen contra la nueva variante, los investigadores construyeron "una versión inofensiva" de ómicron conocida como "pseudovirus" que usaron en el laboratorio para evaluar la efectividad de las tres vacunas covid-19 disponibles: Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
El pseudovirus que se creó imitaba el comportamiento de ómicron, que tiene 34 mutaciones en su proteína spike, una novedad que, según los investigadores, no se encuentran en la cepa original de SARS-Cov-2 detectada por primera vez en Wuhan, China, en diciembre de 2019. Los científicos creen que estas mutaciones pueden ser parcialmente responsables de la rápida propagación de ómicron por todo el mundo.
Posteriormente, los científicos reunieron 239 muestras e sangre de personas que habían sido vacunadas con alguna de las tres vacunas. Las muestras de sangre se utilizaron para medir la eficacia con la que cada vacuna induce la producción de inmunidad protectora en forma de anticuerpos contra las cepas.
"Detectamos muy poca neutralización del pseudovirus variante ómicron cuando usamos muestras tomadas de personas que fueron vacunadas recientemente con dos dosis de la vacuna de ARNm o una dosis de Johnson & Johnson. Pero las personas que recibieron tres dosis de la vacuna de ARNm tuvieron una neutralización muy significativa contra la variante Ómicron", ha asegurado el autor principal del estudio, Alejandro Balazs.