El esquí, tan habitual en estos meses, es un deporte exigente que puede provocar lesiones importantes en rodillas, hombros y las manos, además de contusiones en otras partes del cuerpo. Son habituales las noticias de accidentes como el sufrido por el actor francés Gaspard Ulliel , muerto tras chocar contra otra esquiador en la estación francesa de de La Rosière, en Saboya.esquiador en la estación francesa de de La Rosière, en Saboya.
Las lesiones de rodilla son las lesiones que con más frecuencia sufren los esquiadores. Una de las más importantes por su gravedad es la lesión del ligamento cruzado anterior. Un giro o torsión brusca del fémur sobre la tibia o la hiperflexión de rodilla pueden provocar la rotura del ligamento cruzado anterior. Esta lesión la sufren con mayor frecuencia las mujeres por sus características morfológicas.
durante la práctica del esquí también es habitual sufrir de forma simultánea con esta, la rotura del menisco u otras lesiones en cartílago, así como y fracturas de la tibia, esta última a consecuencia de esas caídas, incluso, las que llamamos 'tontas'.
Otra de las lesiones más frecuentes al practicar esquí es la luxación de hombro, que en dependencia de su gravedad puede requerir intervención quirúrgica.
Lesión de la mano o pulgar del esquiadorEl 'pulgar del guardabosques' o 'pulgar del esquiador' es una lesión característica vinculada con el esquí. Resulta dañado el ligamento de la articulación del pulgar. El dedo se engancha al palo de esquí, provocando la lesión a causa de la fuerza que ejerce hacia el lado por hiperextensión. Esta ruptura puede ser parcial o total.
La luxación de hombro y clavícula son otras de las lesiones más frecuentes entre los esquiadores, que a veces con poca experiencia y sin una preparación física adecuada se lanzan a toda velocidad y ocurren los accidentes. En general este tipo de lesiones es provocado por impactos a consecuencias de caídas. En dependencia de su gravedad podrá conllevar lesiones vasculonerviosas y en muchos casos es necesario una operación.
Aparte de la importancia de una buena forma física y un previo calentamiento de tu cuerpo antes de forzarlo al máximo, los expertos recomiendan disponer de un buen equipamiento.
Es imprescindible tener esquís, botas, fijaciones y palos que sean ajustados por un profesional con experiencia. Además de un casco apropiado , es decir que te quede bien y que puedas ajustar correctamente la correa de la barbilla. También unas buenas gafas de protección de la medida adecuada y polarizadas para el sol.
No olvidar llevar ropa especializada para la práctica del esquí, abrigada, que incluya gorro, guantes o mitones, pantalones de nieve y una chaqueta de invierno. Un abrigo para el cuello (que va alrededor del cuello que ayude a mantener el rostro caliente.