Es el objetivo final en la lucha contra el coronavirus: conseguir una vacuna que sea eficaz y segura para intentar acabar con la pandemia y sus devastadores efectos. Desde múltiples rincones del planeta, científicos especializados trabajan contrarreloj para intentar hacerlo posible al tiempo en que se destinan también esfuerzos al desarrollo de tratamientos que den aire y oxígeno a esa ardua pero primordial y trascendental tarea.
Consciente de ello, este jueves se ha conocido que España, –que según manifestó el ministro de Ciencia, Pedro Duque, cuenta ya con cinco “candidatos” a convertirse en vacuna contra la COVID-19 y se prevé que podrían empezar los ensayos clínicos a final de año–, además participará en el proceso de producción de la prometedora vacuna que desarrolla Moderna .
La farmacéutica estadounidense trabajará en una planta de Rovi Pharma Industrial Services ubicada en Madrid, la cual proporcionará la logística para los viales con los que se abastecerá a los mercados fuera de EEUU a partir de 2021, tal como ha informado el Ministro de Sanidad, quien junto a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), afirma haber mantenido contactos con Moderna "para estimular las capacidades de fabricación españolas y facilitar así la interlocución de los diferentes actores que intervienen en la producción de la vacuna".
Concretamente, en la planta de Madrid se proporcionará capacidad de llenado y acabado de viales de la vacuna. El envasado es una parte vital de la fabricación, y según la AEMPS "España dispone de una gran capacidad con fábricas especializadas en el llenado de granel en viales o jeringas precargadas". Estas fábricas no solo realizan el llenado para vacunas que se consumen en España, sino también para vacunas como la de la gripe que se consumen en terceros países.
La propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, –que ha destacado que “el acuerdo entre las compañías supone un importante impulso para la industria farmaceútica española y el aumento de la capacidad global de producción de la futura vacuna contra la COVID-19 para garantizar el acceso equitativo a toda la población”–, será autoridad supervisora encargada de inspeccionar la planta de fabricación y liberación de lotes de esta vacuna.
Como parte de los esfuerzos internacionales por acabar con la COVID-19, actualmente se están desarrollando más de un centenar de vacunas en todo el mundo. Entre ellas, la de Moderna es una de las más avanzadas y prometedoras. De hecho, la farmaceútica estadounidense ha anunciado recientemente que está preparando ya la fase 3 de la vacuna experimental, la cual incluirá a 30.000 participantes de EEUU.
Según la compañía, pese a que en un primer momento en la fase 2 se empezaron a detectar los primeros efectos secundarios con fiebre alta y desmayos, de acuerdo a un artículo publicado en ‘Stat’, el desarrollo de la vacuna “se mantiene en buen camino para empezar” con el siguiente reto.
Ya han finalizado los protocolos de fase avanzada y abordarán próximamente la fase 3, en la que se realizará una prueba controlada junto al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU (NIAD) en la que darán dosis de 100 microgramos del fármaco mRNA-1273 y dosis aleatorias similares de placebo.