La Comisión de Salud Pública, integrada por el Ministerio de Sanidad y las autonomías, ha acordado eliminar los aislamientos para asintomáticos y casos leves. A partir del lunes, estos positivos en coronavirus no tendrán que quedarse en casa. Este es un paso más hacia una nueva fase de la pandemia, en la que el foco estará en los cuadros graves y personas vulnerables.
Es importante recordar que el aislamiento ―era de siete a 10 días― refiere a las personas infectadas confirmadas y la cuarentena a las que aún no han recibido el resultado o son contactos estrechos. En este último caso tampoco habrá que guardarla, independientemente de si se está vacunado. La Comisión comunicó dicha decisión a principios de este mes.
Otra de las novedades de la última reunión es la realización de pruebas diagnósticas. A partir del lunes, estarán indicadas principalmente para personas vulnerables (mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas), entornos vulnerables como las residencias de mayores y casos graves. Para el resto (asintomáticos y leves), los sanitarios valorarán la situación del paciente, pero no serán obligatorias. Los entornos vulnerables como las residencias podrán aplicar medidas de aislamiento y control.
La nueva actualización de la Estrategia de vigilancia y control frente a la covid-19 está fundamentada en el alto porcentaje de vacunados. El 92,3% de los mayores de 12 años ha completado la pauta, de los que el 62% ha recibido el refuerzo, según los últimos datos de Sanidad. En cuanto a los menores de 12 años, el 32,2% tiene la pauta completa.
Esta estrategia, comunicada al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, estará en vigor mientras no haya un cambio que "indique una circulación no controlada" del coronavirus. Por el momento, la incidencia acumulada a 14 días ha vuelto a su trayectoria descendente después de tres subidas consecutivas. Está en riesgo alto con 436 casos por 100.000 habitantes de media nacional.