Dos años después del inicio de la pandemia, China ha regresado a los confinamientos de 2020, de forma que unas 36 millones de personas de diferentes puntos del país se encuentran en cuarentena ante el incremento de los contagios por covid.
La variante ómicron, detectada en el gigante asiático hace dos meses, ha sido la principal responsable de la decisión adoptada por el Gobierno chino. Ciudades importantes del país como Shenzen o toda la provincia de Jilin viven nuevos confinamientos, con medidas más duras en Jilin, donde sus habitantes no podrán salir de sus casas durante tres días.
China ha optado por el cierre de escuelas y el regreso del teletrabajo en las áreas restringidas. En Shanghái, por ejemplo, además del cierre temporal de los centros escolares, también se han optado otras medidas, como la construcción de nuevos hospitales.
En Jilin, los ciudadanos no podrán salir de casa y sólo podrá hacerlo una persona de cada vivienda cada dos días. Solamente se puede abandonar el domicilio por razones de peso como ir a comprar productos de primera necesidad a supermercados o a las farmacias para comprar medicamentos. Además, se realizarán test de antígenos a la población.
La decisión de decretar un confinamiento también ha traído consigo el cierre de las fábricas y de las sedes de algunas empresas. Según informa la 'BBC' algunas como Toyota, Volkswagen y el proveedor de Apple, Foxconn, han detenido algunas de sus operaciones que llevaban a cabo en el país chino, y están a expensas de que finalice el periodo de confinamiento decretado.
Sobre el cierre de la provincia de Jilin, se trata de la primera vez que el Gobierno estatal decide cerrar una provincia entera, desde que hiciese lo propio con Hebei y con Wuhan al principio de la pandemia. El confinamiento de Jilin se suma al impuesto en la ciudad de Changchun, de unos nueve millones de habitantes, donde se realizan desde el pasado 11 de marzo hasta tres rondas de test a toda la población y donde se ha prolongado el confinamiento durante tres días más.
En ciudades como Guangzhou, el nerviosismo en cuanto al COVID-19 regresó después de que la situación haya llegado casi límite en la feria de la ciudad. Se produjo un éxodo en el recinto para abandonar cuanto antes la instalación. La razón es que según informa el diario chino Huanqiu, se habría detectado una persona positiva en el lugar y multitud de personas han intentado huir deprisa.