El debate sobre la retirada de las mascarillas de interiores sigue en el aire. Las autoridades sopesan si hacerlo antes o después de Semana Santa. Algunas comunidades autónomas, como Andalucía, piden mantenerla en su fiesta grande, mientras que algunos expertos, como el epidemiólogo Quique Bassat, apuestan por quitarla ya.
Andalucía quiere evitar contagios en aglomeraciones como las que habrá seguro para ver a La Macarena en La Madrugá. Sin distancia ni mascarilla, los contagios pueden aumentar. Con lo que viene encima, entre Semana Santa, Feria de Abril y Romerías, al presidente regional, Juanma Moreno, no le importaría mantener mes y medio más la protección.
"Son acontecimientos que generan una enorme concentración de personas que pueden facilitar el contagio y que tengamos un repunte", ha señalado el mandatario al respecto en rueda de prensa. Un temor que sobrevuela el País Vasco, pese a que mejora sus datos.
La Comisión de Salud Pública está a pocas horas de proponer el final de lo inevitable: "Tenemos que ir conviviendo con él (coronavirus). Hay que dar un mensaje de tranquilidad", ha comentado la inmunóloga África González, en cuanto al estado de la pandemia.
Si hay acuerdo, la retirada será incluso antes de Semana Santa. "Nunca será un buen momento para hacerlo, con lo cual, hay que ser valientes y hacerlo ya", ha precisado el epidemiólogo Quique Bassat, que apuesta por seguir la línea de nuestros países vecinos y quitar la mascarilla en interiores.
Cataluña o la Comunidad de Madrid tienen muchas ganas de quitar la mascarilla, aunque "siempre respetando los entornos donde haya vulnerables, como los centros sanitarios, sociosanitarios o el transporte público", según el consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Quieren que en bares, gimnasios, cines o colegios deje de ser obligatorio.