Andrea Crisanti, el más respetado de los epidemiólogos italianos, mantuvo un encuentro con socios de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia y se mostró más preocupado por la marcha del coronavirusahora que en la pasada primavera.
Así, el experto transalpino se lamentó de la "incapacidad" demostrada por la clase política y de que su país "haya perdido cinco meses", lo que provocará que no estén preparados para frenar el repunte de contagios.
Para tratar de invertir esa tendencia, el Gobierno de Giuseppe Conte tiene previsto aprobar nuevas restricciones, como la limitación a la movilidad entre regiones, el paso a la enseñanza a distancia para los alumnos de educación secundaria y el cierre de los centros comerciales durante el fin de semana.
Con esta situación, el vaticinio de Crisanti es bastante pesimista: "Vamos hacia un nuevo confinamiento porque no estamos lejos de que colapsen las UCI de los hospitales. Cuando se acerque la Navidad habrá en cambio mucha presión política y económica para volver a abrir, pero si no tenemos un plan para mantener la pandemia en números mínimos, habrá luego una tercera ola en enero y febrero".
El epidemiólogo está considerado como el responsable del 'Modelo Vo', llamado así por el pueblo véneto donde se consiguió frenar la pandemia en la primera ola haciendo pruebas a todas las personas que formaban parte del círculo de relaciones de los contagiados.
Por su parte, en el resto del país sólo se hacían test a los pacientes que presentaban síntomas de coronavirus. Así, el pasado mes de agosto propuso al Gobierno replicar ese modelo a nivel nacional incrementando la capacidad de realizar pruebas PCR hasta las 400.000 diarias. Son más del doble de las que se hacen actualmente.
Crisanti apuesta ahora por la aprobación de confinamientos locales para tratar de ralentizar la difusión del virus al tiempo que se refuerza la capacidad de respuesta, aunque cree que probablemente sea necesario al final aplicar un nuevo cerrojazo en todo el país que permita "reiniciar el sistema".
También propone "aumentar el número de PCR, mejorar la trazabilidad y crear una logística para que los ciudadanos puedan hacerse las pruebas allí donde se encuentren. En Taiwán o Singapur están afrontando la pandemia con éxito. También lo podemos hacer nosotros si tenemos una estrategia, pero nuestros políticos no tienen ni idea de cómo se combate la transmisión. Están concentrados en el problema de los hospitales y en cómo satisfacer las presiones económicas".
Asimismo, se mostró contrario a confinar a los mayores de 70 años: "Sería anticonstitucional. Además, no salvaría vidas. Ya sabemos lo que ocurrió en muchas residencias de ancianos durante la primera ola. Y sería terrible que por la ineficacia de las decisiones adoptadas, se limite de nuevo la libertad de estas personas. Hay que preguntarse también si los políticos tienen legitimidad para tomar estas medidas después de haberse equivocado antes".
Este martes, Italia ha registrado más de 28.000 contagiados y 353 muertes, una cifra de decesos que no se veía en dicho territorio desde principios de mayo. Además, la incidencia acumulada supera los 510 casos por 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, diez veces más que hace un mes.