Doctora Arponen: "Nuestra salud depende en gran parte de la microbiota y eso lo podemos regular"

  • El 3 de marzo se publica ¡Es la microbiota, idiota!, un libro donde la doctora Arporen describe la importancia de los microorganismos que habitán nuestro cuerpo y cómo mejorarlos

Tenemos unos 38 billones de microorganismos en el cuerpo y no conocemos ni la mitad, pero de ellos puede depender nuestras salud Los descubrimientos sobre esos microorganismos que habitan nuestro cuerpo, y que se conocen como microbiota, "constituyen una de las mayores revoluciones de la historia de la ciencia y de la medicina", cuenta en ¡Es la microbiota, idiota! (Alienta editorial) la doctora en Ciencias Biomédicas Sari Arponen. Un libro donde explica porqué estos microorganismos son tan importantes y cómo podemos hacer para equilibrarlos y mejorar nuestras calidad de vida.

Hace unos 20 años la doctora Arponen trabajaba como internista y empezó a interesarse por esos "bichitos que le han cambiado la vida". Arponen cuenta que siempre había sido consciente de la importancia de la microbiota pero que empezó a estudiar el impacto que tiene la alimentación y el estilo de vida en las enfermedades y descubrió que adecuando algunos factores no solo se pueden prevenir enfermedades, también mejorar la calidad de vida de los enfermos evitando incluso el uso de fármacos. Fue como "una revelación", dice.

Su libro sale a la venta el 3 de marzo y con él pretende resumir todos los conocimientos adquiridos en estos cerca de veinte años en los que se ha especializado además de en medicina evolutiva, en nutrición y psiconeuroinmunología .

Y como experta avisa:"Nuestra salud y bienestar se libran en nuestro intestino, concretamente en la microbiota, y lo podemos regular"

La microbiota

La medicina es cada vez más consciente de la importancia de esos microorganismos que están por todas partes, actualmente se publican unos 85.000 artículos sobre microbiota al año. Son microorganismos (bacterias, hongos, virus, eucariotas, protozoos...) que de algún modo forman nuestro organismo, están en el intestino sobre todo, pero también en la boca, en la piel, en el pelo...

"Forman parte de nuestro cuerpo y hay que cuidarlas", avisa la doctora Arponen, quien insiste en recordar que "si sabemos como actúan esto microorganismos, y podemos equilibrarlos podemos mejorar nuestra calidad de vida, y en algunos casos sanar de forma integral, sin necesidad de acudir a fármacos".

Pregunta: ¿Y cómo es eso posible?

Respuesta. Quizá no somos conscientes de que todo lo que hacemos en el día a día influye en la microbiota. Desde lo que comemos hasta si descansamos. Si cuidamos nuestro estilo de vida, y seguimos una serie de pautas podemos mejorarla. Y eso es importante porque nuestra salud depende de cómo esta. Desde trastornos cutáneos, digestivos, neurológicos, hasta dolores de cabeza, cómo te sientan los alimentos, cualquier enfermedad o síntoma crónico está influido por la microbiota. A menudo si una bacteria nos provoca una infección es porque hay un desequilibrio previo en la microbiota que no es capaz de defenderse de un exceso de bacterias malas. Por eso es importante buscar un equilibrio. ¡Ni siquiera el estado de ánimo es por completo cosa tuya!

P. ¿Con nuestra forma de vida estamos desequilibrado a nuestros microorganismos ?

R. En cierto modo sí. Un ejemplo: en los últimos años hemos higienizado, desinfectado y esterilizado todo lo que nos rodea. No todas las bacterias son malas. Desde hace unos años se está viendo que el haber menguado nuestra diversidad bacteriana tiene consecuencias en enfermedades crónicas y trastornos del neurodesarrollo como cáncer, trastornos del espectro autismo, Alzheimer, Parkinson, obesidad, diabetes, alergias. Las bacterias eran nuestras amigas pero nos hemos empeñado en matarlas. Tenemos que hacer algo por recuperarlas.

P. ¿Y cómo podemos hacerlo?

R. Cambiando nuestros hábitos de vida. Cuidando la alimentación, casi todas la alimentación que hacemos es proinflamatoria genera muchas enfermedades, tenemos que hacer una alimentación de forma personalizada. Esto no es un café para todos. Hay que hacer una alimentación sana, que no es comer cinco veces al día como se dice.

P. Una alimentación saludable y personalizada.

R. Así es, puede que algún alimento no te esté beneficiando. Hay personas que pueden tener diarrea crónica por un mal manejo de los órganos biliares por parte de la microbiota.

P. ¿La microbiota afecta a los ácidos biliares también?

R. Los ácidos biliares tienen impacto sobre la microbiota y esta transforma las sales biliares en sustancias que pueden ser aprovechadas. Si no funciona bien se altera la absorción de grasas o vitaminas liposolubles.

P. Y controlando lo que comemos lo evitamos.

R. Te pongo otro ejemplo. La composición de la microbiota del intestino influye en cómo hacemos la digestión y en cuanta medida digerimos y absorbemos los componentes de los alimentos. Las personas que tienen una enfermedad de Parkinson cuando beben leche pueden tener una alteración de la microbiota que provoca la producción de sulfato de indoxilo, un metabolito neurotóxico. Esto es importante, porque quizá alguien con Parkinson debería dejar de beber leche o bien modificar su microbiota para no producir esta sustancia.

P. Esto puede revolucionar la manera de cuidarnos

R. La microbiota no solo es importante porque aprovecha las sustancias beneficiosas de lo que ingerimos, que un fármaco no haga efecto también depende de ella. Ahora se habla mucho de inmunoterapia para tratamientos como el cáncer. Pues se está viendo que para que la inmunoterapia funcione necesita unas especies bacterianas en el intestino. Por eso se está avanzando en una nueva rama de la farmacología que se llama farmacomicrobiómica. Aún no tenemos herramientas para individualizar el tratamiento farmacológico adecuándolo a nuestras microbiota pero es un campo de estudio que se está desarrollando hoy en día y que presenta un futuro muy interesante.

P. Y además de la comida qué más se puede hacer para lograr ese equilibrio entre nuestros microorganismos.

R. Se está viendo que es importante el entorno. Recuperar el contacto con la naturaleza. Tener contacto con la "suciedad natural" nos protege. También hay que eevitar el sedentarismo, tenemos que hacer ejercicio, Intentar andar al menos una hora al día, o si estamos trabajando frente al ordenador, parar cada hora o así y movernos un poco. Es importante evitar el consumo de tóxicos (tabaco y alcohol) la contaminación ambiental, dormir bien y evitar el estrés crónico. Hay que intentar modular todo eso para recuperar el equilibrio.

P. Pero eso son unas pautas que llevan años diciéndonos los expertos que se deben seguir.

R. Es que son importantes. Se ha demostrado que influyen en la microbiota y por ende en nuestra salud. Nuestra genética no la podemos cambiar pero la microbiota sí.

P. En qué sentido

R. Puede pasar que una persona con una microbiota alterada puede acabar positivando en la enfermedad. Es decir, si tiene una predisposición genética si actúan factores ambientales, estilo de vida, o desequilibrio de la microbiota al final puede aparecer esa enfermedad. Hay estudios que dicen que si hacemos un tratamiento integral del ser humano (entendiendo que el ser humano no es solo células humanas sino que también tiene todas esas células microbianas) podemos encontrar mejores resultados de salud en múltiples patologías.Es decir, podemos mejorar.

P. Lo que está diciendo es que cuidando nuestra microbiota disminuirán las enfermedades.

R. Si una personas tiene un infarto, lo primero es tratarle pero luego hay que ver por qué ha tenido un infarto para tratar de encontrar las causas de forma global. Eso es lo que tenemos que hacer. Estudiar cómo está su microbiota y ver qué la ha alterado.

P. Es lo que se está haciendo por ejemplo con los niños con espectro de trastorno autista.

R. Se puede mejorar su calidad de vida, sí. No digo que se vayan a curar pero podemos ayudarles. Se ha visto que en niños con TEA, mejorando su microbiota, se puede conseguir que sus síntomas de conductas repetitivas, por ejemplo, disminuyan. Se puede controlar o mejorar su nerviosismo o la tolerancia a los nuevos estímulos. Además estos niños suelen tener síntomas digestivos que podemos mejorarlos también. A menudo presentan alteraciones gastrointestinales, y con frecuencia su alimentación es limitada. El propio trastorno del espectro autista tiene asociado unas alternaciones que favorecen el desequilibrio de la microbiota. Son niños que, según el grado de aceptación que tienen, pueden tener obsesiones con alimentos, que no quieran comerlos o determinadas cosas. En ocasiones es difícil conseguir que coman una dieta saludable. Hay estudios que están demostrando que con intervenciones personalizadas y ciertas cepas probióticas se pueden mejorar la sintomatología de esterotipias o alteraciones de conducta que pueden tener. Y eso es un gran paso en cuanto a mejora de calidad de vida. No lo vamos a curar pero pueden mejorar sus síntomas.

P. Precisamente en su libro empieza hablando de probióticos. ¿son la solución?

R. Si conoces las cepas de los probióticos, puedes usarlas de forma precisa y específica. La claves está en saber qué tomar, para qué y cuando. Pero los probióticos no son necesarios si arreglamos lo demás. Es lo que me gustaría que quedara claro, con mi libro me he basado en el proverbio que dice "a un hambriento no le des un pez, enséñale a pescar", eso he pretendido. Enseñar de algún modo como nos podemos cuidar para tener un nivel de vida saludable y óptimo.