Precisamente en estos momentos, estamos en el periodo activo de la gripe estacional, que aparece a finales del otoño y sigue a principios del invierno. Hasta ahora, quienes hayan creído que habían padecido una gripe, probablemente la habrán confundido con un catarro común, cosa fácil debido a la correspondencia de sus manifestaciones. Nos pasa a todos. La sabiduría popular lo resuelve así: si se tiene fiebre, es gripe; si no se tiene fiebre, es un catarro normal y corriente. Pues no, no es así.
En ‘El tiempo hoy’ vamos a detallar las similitudes y las diferencias de estas dos enfermedades para saber cómo se debe actuar con cada una de ellas. Según la doctora María José López, son:
-Síntomas de la gripe
Efectivamente, la fiebre es el indicador por excelencia, pero no es una fiebre cualquiera –como tener unas décimas- si no que se trata de una fiebre alta, entre los 38º y los 40º.
Esto producirá mialgia (notables dolores musculares), cefaleas y malestar en general.
La rinitis y la tos no productiva (no flemática) también son síntomas típicos de la gripe. A diferencia del resfriado, estas afecciones se manifiestan desde el primer día del desarrollo de la enfermedad y suelen durar una semana.
-Síntomas del catarro común
No es cierto que el resfriado no provoque la aparición de la fiebre: podemos padecerla, pero nunca con la misma intensidad que en el caso de la gripe, pues no supera los 38º (a esta temperatura corporal se le llama 'febrícula').
El catarro aparece de una forma gradual; el enfermo va empeorando y comenzará a mejorar en el quinto día.
Se inicia con irritación de nariz y garganta, seguido de una fuerte congestión nasal, rinorrea espesa, tos y malestar general.
-En cuanto a los tratamientos, son distintos
Mientras que, para la gripe, es aconsejable la ingestión regulada de paracetamol, para el resfriado no hay ningún tratamiento en concreto y suele ir despareciendo de manera espontánea. Sí que existen remedios naturales para paliarlo: lavados nasales con irrigaciones salinas, inhalación de vapor, alimentos altos en vitamina etc., que, si no curan, por lo menos aliviarán las molestias de las dos enfermedades.