Las enfermedades de la sangre, el enemigo silencioso
Descubre qué son las enfermedades de la sangre y cuáles son las más comunes
Los seres humanos necesitamos sangre para vivir: sin ella, nuestros órganos no obtendrían el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente, ni podríamos calentarnos ni enfriarnos cuando lo necesitáramos, o combatir infecciones y eliminar productos. Por eso las enfermedades de la sangre nos resultan tan preocupantes: se trata de un elemento vital para la supervivencia del conjunto de nuestro cuerpo. ¿Qué son las enfermedades de la sangre? ¿Cuáles son y qué síntomas presentan?
¿Qué es la sangre y para qué sirve?
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La principal función de la sangre es transportar oxígeno y nutrientes a cada rincón de nuestro cuerpo para permitir su funcionamiento. También transporta dióxido de carbono y otros materiales de desecho hasta los pulmones, los riñones y el sistema digestivo, que se encargan de expulsarlos al exterior. Además, nos ayuda a combatir infecciones, y transporta hormonas por todo el cuerpo.
En cuanto a su composición, la sangre está formada por células sanguíneas y plasma. Este último es un líquido amarillento que contiene nutrientes, hormonas, proteínas y productos de desecho. Las células sanguíneas, por su parte, son las siguientes:
- Glóbulos rojos (eritrocitos): Contienen hemoglobina, una proteína que transporta oxígeno, que se va liberando por el cuerpo a medida que la sangre circula por él. Se fabrican cada día en la médula ósea para sustituir a los que mueren o salen del cuerpo (su vida dura aproximadamente cuatro meses).
- Glóbulos blancos (leucocitos): Son parte fundamental del sistema inmunitario, que ayuda al cuerpo a defenderse de las infecciones. Hay varios tipos distintos de glóbulos blancos, que se encargan de luchar contra los gérmenes, como las bacterias y los virus. Algunos tipos de glóbulos blancos fabrican anticuerpos, proteínas especiales que reconocen las sustancias extrañas y ayudan al cuerpo a deshacerse de ellas. El organismo puede aumentar la fabricación de glóbulos blancos para combatir las infecciones.
- Plaquetas (trombocitos): Estas células ayudan en el proceso de coagulación. Se concentran en el área afectada por una hemorragia y ayudan a sellar la rotura y a detener el sangrado.
Las enfermedades de la sangre pueden afectar a uno o vario de estos elementos, impidiendo que cumpla algunas de sus funciones. De ahí que se desarrollen ciertos síntomas y enfermedades relacionadas.
Por otro lado, es importante saber que muchos trastornos sanguíneos son hereditarios, aunque también pueden venir provocados por otras enfermedades, así como por efectos secundarios de algún medicamento, o falta de ciertos nutrientes en la dieta.
Tal y como recuerdan desde MedicinePlus, estas son algunas enfermedades de la sangre:
- Problemas plaquetarios, coagulación excesiva y otros problemas de sangrado, que afectan la coagulación.
- Anemia, que ocurre cuando la sangre no lleva suficiente oxígeno a su cuerpo.
- Cánceres sanguíneos como la leucemia, y el mieloma.
- Desórdenes eosinofílicos, que son problemas con un tipo de glóbulos blancos.
Síntomas de las enfermedades de la sangre
Tal y como aseguran desde Merck Manuals, los trastornos de la sangre pueden causar diversos síntomas en casi cualquier zona del cuerpo, provocados en general por la disminución de los componentes de la sangre.
- La reducción de glóbulos rojos y de hemoglobina puede provocar síntomas de anemia, como cansancio, debilidad y dificultad respiratoria.
- La disminución de glóbulos blancos o de proteínas del sistema inmunitario puede provocar fiebre recurrente e infecciones.
- La disminución de las plaquetas o de los factores de coagulación puede causar hemorragias anómalas y hematomas.
- En algunos casos, los síntomas se relacionan con un incremento de los componentes sanguíneos.
- El aumento de glóbulos rojos puede provocar espesamiento de la sangre (aumento de la viscosidad sanguínea) y, por tanto, causar cefalea (dolor de cabeza) y una tez rojiza (plétora).
- El aumento de las proteínas del sistema inmunológico también puede causar espesamiento de la sangre (aumento de la viscosidad de la sangre).
- El aumento de las plaquetas o de los factores de coagulación de la sangre puede provocar una coagulación de la sangre excesiva e inapropiada (trombosis)
Además, "algunos trastornos sanguíneos provocan un aumento del espesor de la sangre causado por la mayor presencia de proteínas inmunitarias, glóbulos rojos (eritrocitos) o plaquetas (trombocitos)". Esta sangre espesa puede tener dificultades para pasar a través de los vasos sanguíneos más finos, disminuyendo el flujo sanguíneo a determinadas zonas del organismo y provocando una enfermedad grave llamada síndrome de hiperviscosidad. Las personas afectadas pueden experimentar síntomas como dificultad respiratoria, dolor de cabeza, mareos y confusión.
Los trastornos de la sangre a menudo causan síntomas que también pueden ocurrir en otros trastornos. Por ejemplo, la debilidad y la dificultad respiratoria causada por la anemia pueden estar provocadas por otras enfermedades que afectan al suministro de oxígeno al organismo, como los trastornos cardíacos o pulmonares. Por otro lado, la facilidad para que surjan moratones, un síntoma sugerente de un trastorno de la sangre, puede estar causada por otras enfermedades, especialmente trastornos de los vasos sanguíneos o por el consumo de diversos fármacos, como la aspirina o ácido acetilsalicílico.
Una hemorragia puede tener su origen en enfermedades que no son trastornos de la sangre, por ejemplo lesiones, procedimientos quirúrgicos, sangrado menstrual, parto y dentición en los bebés. La sangre en la orina o en las heces suele tener su origen en una anomalía en las vías urinarias o en el aparato digestivo, más que en un trastorno sanguíneo. Sin embargo, los trastornos sanguíneos pueden empeorar cualquier sangrado. Las personas con trastornos sanguíneos pueden experimentar sangrado excesivo después de los procedimientos dentales o tener períodos menstruales muy abundantes.
Estos son algunos síntomas asociados enfermedades de la sangre:
- Coágulo de sangre (flebitis), por lo general en una pierna (causando en la mayoría de los casos hinchazón, enrojecimiento y/o calor en la pierna o dificultad para respirar)
- Petequias (un sarpullido rojo) causado por la presencia de un número demasiado bajo de plaquetas.
- Ampollas de sangre en la boca (causadas por un número muy bajo de plaquetas o por problemas de coagulación).
- Ganglios linfáticos inflamados causados por un cáncer de glóbulos blancos (como las leucemias o los linfomas).
- Palidez (piel pálida) causada por la anemia.
- Pica (comer hielo, tierra o arcilla; sugiere anemia por carencia de hierro).