Las complicaciones trombóticas o de circulación en el curso de la enfermedad por Covid-19 pueden estar asociadas a una hiperrespuesta del sistema inmunitario, que genera sustancias coagulantes como, por ejemplo, el fibrinógeno, según explica el responsable de la Unidad de Enfermedades Cerebrovasculares del Servicio de Neurología del Hospital Quirónsalud Málaga, el doctor José Antonio Sánchez.
Además, el experto añade que otro de los mecanismos que intervienen en estas complicaciones es la inflamación de los propios vasos, denominada vasculitis. En este sentido, ha recordado que se ha manifestado algún caso de trombosis de senos venosos cerebrales en personas vacunadas de la Covid-19, "con la particularidad de ir asociadas a una disminución del número de plaquetas en sangre, lo que sugeriría una activación anormal del sistema de la coagulación", detalla. Para la tranquilidad de todos, prosigue, "son casos aislados y el beneficio supera ampliamente los posibles riesgos".
Tal y como recuerda, la trombosis venosa cerebral es un subtipo de ictus infrecuente en el que se ve comprometida la circulación en el sistema venoso del cerebro, dificultando el flujo de la sangre hasta el corazón y su oxigenación, llevando consigo la elevación de la presión intracraneal. "Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la trombosis venosa cerebral representa menos del 0,5 por ciento de los casos totales de enfermedades cerebrovasculares que se producen en España y el riesgo de infarto se da solo en los casos extremos y con diagnóstico tardío", señala.
La trombosis venosa craneal puede, como el ictus arterial, producir hemorragias e infartos, con afectación del tejido cerebral correspondiente a la vena trombosada, pero "es una enfermedad bastante inusual y el 80 por ciento de los pacientes tienen una buena recuperación", tranquiliza el doctor, añadiendo que su mortalidad es muy baja, menor a un 5 por ciento en fase aguda. "Además, la posibilidad de tener un segundo episodio es inferior al 5 por ciento, dependiendo de las causas del primero", asegura.
Asimismo, puede afectar a cualquier sexo y edad, pero es más frecuente en mujeres, afectando a tres mujeres por cada hombre, y pacientes jóvenes de entre 20 y 40 años. El rango de edad habitual está directamente relacionado con los principales factores de riesgo, que son los anticonceptivos orales y el uso de las terapias hormonales con altos niveles de estrógenos y fundamentalmente si la mujer es fumadora, así como el embarazo y el puerperio.
También existen otros factores de riesgo asociados en los que se favorecen cambios inflamatorios sistémicos, como pueden ser tumores o procesos infecciosos, enfermedades autoinmunes, así como otros factores protrombóticos hematológicos que favorecen la formación de trombos, explica el doctor Sánchez.
El inicio de los síntomas suele ocurrir de forma aguda o subaguda en el 80 por ciento de los pacientes; y el dolor de cabeza de inicio agudo o persistente es el síntoma principal en el 90 por ciento de los casos, ya sea unilateral, localizado o en toda la cabeza. "La cefalea aguda puede ser el único síntoma o el síntoma inicial y el dolor empeora con esfuerzos o al tumbarse, sin responder de forma satisfactoria a analgésicos", especifica el doctor Sánchez.
El neurólogo recomienda acudir a un especialista con urgencia ante un dolor de cabeza inhabitual, especialmente si nunca se ha padecido dolor de cabeza con anterioridad, de inicio brusco, persistente y rebelde a tratamiento; o si está acompañado de náuseas, vómitos o alteraciones visuales, como problemas para enfocar o pérdida momentánea de visión; debilidad de un brazo o una pierna; crisis epilépticas o alteraciones del estado mental y trastornos cognitivos.
En cuanto al diagnóstico, el estudio de la trombosis venosa cerebral se realiza conjugando la historia clínica (sospecha clínica) y la exploración, junto a pruebas de neuroimagen como el TAC Craneal. "En el 30 por ciento de los casos, el TAC inicial es normal, por lo que se necesita completar con angio-TAC de senos venosos, así como resonancia magnética y angio-resonancia", precisa el especialista.
La media del tiempo desde el inicio de los síntomas hasta un correcto diagnóstico es de unos siete días. Sin embargo, según apunta el doctor, la mejora en la atención al ictus agudo hace que gran parte de los pacientes que consultan con síntomas de trombosis sean atendidos como 'código ictus', permitiendo realizar un diagnóstico precoz, fundamental para obtener un pronóstico favorable.
Por último, el tratamiento se basa en cuatro premisas: tratar la causa si esta es conocida, controlar complicaciones como las crisis comiciales, tratar la hipertensión intracraneal si la hay y dar fármacos anticoagulantes que permitan la disolución del trombo y recanalizar, evitando la propagación de la trombosis, así la trombosis en otras partes del cuerpo. "En casos especiales o más graves, puede ser necesario el uso de técnicas invasivas endovasculares para su disolución y/o extracción", concluye el experto.