Zapatos por la mañana y mascarillas por la tarde: una empresa de Lugo se adapta al coronavirus
La fábrica de calzado de Monforte de Lemos, en Lugo, tiene 17 trabajadores
Muchas empresas se están reinventando para adaptarse al COVID-19
Desde Sanidad advierten de que las mascarillas caseras no protegen
Algunas empresas de nuestro país ponen su maquinaria a disposición de la emergencia sanitaria y se reinventan. Es el caso de una fábrica de calzado de Monforte de Lemos, en Lugo, que ahora se dedica a pleno rendimiento a la creación de mascarillas.
Iván es uno de los 17 trabajadores de esta centenaria fábrica de calzado. Ahora se han atado bien fuerte los zapatos para seguir adelante. De momento, su primer objetivo es enviar un pedido urgente para China. Ha sido un mes en el que han mantenido funcionando su cadena de montaje fabricando mascarillas. Han adaptado sus propios materiales, más una tela de polipropileno… el diseño es del Instituto Tecnológico de Calzado de Alicante. Ahora, zapatos por la mañana y mascarillas por la tarde. Toca reinventarse para sobrevivir.
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Ejemplos de solidaridad por toda España
Una pequeña tienda de ropa del barrio barcelonés del Raval también ha querdo aportar su granito de arena a la lucha contra el coronaviurs. Así, se ha reconvertido en las últimas semanas en una fábrica de batas y mascarillas.
El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, una cooperativa formada por personas que se dedican o se han dedicado a la venta callejera, comercializa ropa bajo la marca Top Manta en su pequeño local situado en la capital catalana y a través de internet, una actividad ahora paralizada porque la prioridad es vencer al virus.
Estas personas, conocidas como manteros, han decidido dedicar durante esta emergencia del coronavirus lo que les "sobra" -"tiempo, oficio y experiencia"- a lo que hoy más necesita la sociedad -"solidaridad".
Desarrollo de la producción nacional
La cooperativa Bexen Medical, que forma parte de la Corporación Mondragón, fabricará por encargo del Gobierno 60 millones de mascarillas para hacer frente a la epidemia del coronavirus, un encargo que se enmarca dentro de la estrategia para activar la producción nacional de suministros sanitarios.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, informó en una conferencia de prensa el acuerdo con la compañía guipuzcoana para que fabrique los 60 millones de mascarillas durante seis meses, con una producción semanal de 2,5 millones.
Los peligros de las fabricaciones caseras
Aunque en estos días están aflorando cada vez más ejemplos de solidaridad y de buena fe de los ciudadanos, con iniciativas para la fabricación de materiales de protección de manera casera, desde Sandad han advertido que este tipo de productos no son eficaces en la lucha contra el COVID-19.
Así, las mascarillas caseras no generan ningún tipo de protección frente al virus. Pueden generar un mínimo efecto de barrera, pero si estás contagiado con el virus su uso no impedirá que puedas contagiar a la gente de tu alrededor.
Además, el principal problema que el uso de estas mascarillas puede acarrear es la falsa sensación de protección que producen, creyéndonos que por llevarlas ya estamos totalmente protegidos del contagio, y olvidando las otras medidas que son mucho más importantes, como la distancia de seguridad y la higiene de manos. Desde Sanidad advierten que su uso es complementario al resto de medidas necesarias para frenar la propagación del virus.