Las embarazadas tienen un mayor riesgo de neumonía grave por COVID-19, según confirma un estudio

  • Un 60% de las gestantes con COVID-19 sintomáticas estudiadas tuvieron neumonía

  • La mitad necesitaron tratamiento con oxígeno y una cuarta parte presentaron distrés respiratorio

Las embarazadas tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía grave por COVID-19 que las mujeres de la misma edad que no están en estado. Así lo determina un estudio realizado conjuntamente entre el servicio de Obstetricia y Ginecología y la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario 12 de Octubre en mujeres embarazadas con COVID-19 atendidas en este centro y que ha sido publicado en la revista 'e-Clinical Medicine'.

Así, un 60% de las 52 gestantes con COVID-19 sintomáticas estudiadas tuvieron neumonía, de las cuales la mitad necesitaron tratamiento con oxígeno y una cuarta parte presentaron distrés respiratorio, complicación grave consistente en una respuesta inflamatoria pulmonar que provoca respiración rápida y trabajosa, falta de aliento y presión sanguínea baja que pueden llegar a producir fallo orgánico, aunque entre los casos analizados no se registraron fallecimientos.

A las pacientes más graves se les administró tratamiento inmunomodulador con tocilizumab, necesitando dos de ellas ingreso en UVI para ventilación mecánica. Asimismo, la mitad de las pacientes presentaron neumonías leves y se pudieron dar de alta de forma precoz, presentando un perfil de bajo riesgo. La identificación de este perfil de bajo riesgo en otras pacientes "podría evitar la necesidad de ingreso hospitalario".

A diferencia de lo descrito en otros estudios, especialmente en China, la mayoría de las pacientes con neumonía no necesitaron que se les indujera el parto. De hecho, en el caso del Hospital 12 de Octubre, solo tres precisaron de cesárea por empeoramiento de la función respiratoria. En ningún caso hubo evidencia de transmisión de la infección al recién nacido.

El facultativo de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital, Rafael San Juan, ha explicado que formaron un equipo multidisciplinar con la experiencia de otras enfermedades con un protocolo "muy definido" de manejo de pacientes. Ante la pandemia, se comprobó que había casos "extremadamente graves" en pacientes jóvenes que requerían manejo respiratorios y oxigenoterapia, entre otras medidas, durante su ingreso.

"Aprendimos que en este grupo de edad relativamente joven que el virus se comportaba de una forma más agresiva, con tres de cada cuatro que desarrollaba neumonía (...) con necesidad de terapia", ha desgranado. la doctora Patricia Barbero, de la unidad de Obstetricia y Ginecología del 12 de Octubre, ha agregado que en función de la gravedad se ponían en contacto con Enfermedades Infecciosas y ha apuntado que, durante su ingreso, se prologó la gestación con "garantías de seguridad" para madre e hijos.

Abordaje eficaz de los primeros casos

La existencia de protocolos previos, consensuados por obstetras y expertos en enfermedades infecciosas y diseñados para el cuidado de pacientes embarazadas durante brotes de infección por otros virus respiratorios como la gripe, permitió gestionar "de manera eficaz" el cuidado de las gestantes con Covid-19 de "forma inmediata" al aparecer los primeros casos en este Hospital.

Estos procedimientos fueron elaborados en 2008 a propósito de la pandemia de Gripe A y se han "mantenido y actualizado" todos los años durante las epidemias estacionales de gripe. Así, a principios de marzo se reajustaron "rápidamente", incluyendo un protocolo especial para la asistencia en Urgencias, seguimiento telefónico domiciliario y pautas de actuación para la hospitalización en la planta de Obstetricia en los casos necesarios.

Las embarazadas con COVID pueden sufrir un síndrome parecido a la preeclampsia

Por otra parte, las gestantes que padecen COVID-19 pueden manifestar un síndrome clínicamente similar a la preecalmpsia, según un grupo de investigadores del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. La preeclampsia es una complicación grave del embarazo que aparece a partir de la semana 20 de gestación y que puede poner en riesgo la vida de la madre y del bebé al no tener tratamiento. La única opción es provocar una cesárea.

Se caracteriza por la presión arterial alta y por estar acompañada de proteína en la orina, disminución de plaquetas y elevación de los enzimas hepáticos, entre otros síntomas. Este hallazgo permitirá reducir los diagnósticos erróneos de preeclampsia en mujeres con coronavirus y evitar partos prematuros o decisiones precipitadas.