Los militares están llegando a la localidad de Albalate de Cinca, en una de las comarcas de Huesca limítrofes con Lérida, para colaborar en las tareas de control y apoyo a los 28 temporeros afectados por COVID-19 que permanecen confinados en el pabellón municipal de la población.
El alcalde del municipio, Ricardo Chárlez, ha explicado que los militares han desplazado equipamiento suficiente dotar las instalaciones que acogen a los temporeros y poner en marcha un comedor en el exterior del pabellón.
Las tropas establecerán un perímetro de seguridad en torno al pabellón para evitar salidas de los contagiados y proporcionar así una mayor tranquilidad a los vecinos de la población, algunos de los cuales, ha añadido, están también confinados en sus casas tras dar positivo a la enfermedad.
Chárlez ha explicado que durante la noche de ayer se desplazaron a su población un teniente coronel y un capitán del Ejército de Tierra para preguntar acerca de las necesidades del municipio para hacer frente a la crisis.
Hasta el momento, ha añadido el edil, ha sido la propia población la que ha suministrado alimentos a los temporeros alojados en el pabellón, una labor de la que se harán cargo ahora los militares.
El alcalde, tras valorar la no existencia de casos graves entre los contagiados en la localidad, ha insistido en que los vecinos no sólo se mantienen en calma ante una situación que "todos sabían que iba a suceder", sino que la presencia de los militares contribuirá a potenciar la "tranquilidad" en el municipio.
El confinamiento inicial de los dos primeros contagiados fue acordado a principios de semana por la titular de un juzgado de instrucción de Fraga (Huesca), en un auto en el que ratificaba una orden de la Dirección Provincial de Sanidad del Gobierno autonómico en el Alto Aragón de confinar a todos los temporeros afectados.