Sofía cuenta cómo afectó la píldora anticonceptiva a su salud mental: "Pensaba que tenía depresión"
El consumo de la píldora anticonceptiva ha disminuido en España en los últimos daños, creyendo los expertos que esto se debe a una mayor concienciación sobre sus riesgos
Una psicóloga analiza los efectos secundarios de los métodos hormonales en el terreno de la salud mental, siendo muy habituales la irritabilidad, la depresión y la reducción del deseo sexual
Sofía tiene 26 años y dejó de tomar la píldora al notar como le afectaba psicológicamente: “Todo me agobiaba, todo me ponía triste y todo era un problema que magnificaba”
Según la encuesta nacional sobre anticoncepción de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), aproximadamente una de cada cinco mujeres recurre a la píldora anticonceptiva como método para prevenir embarazos indeseados, sin incluir aquellas que consumen este fármaco por motivos de salud. Esta cifra resulta chocante al compararla con otros países como Francia o Reino Unido, en los que el consumo de la píldora está tan normalizado que un 50% de las mujeres recurren a ella. Además, en los últimos años nuestro país ha visto una disminución respecto al uso de métodos hormonales para prevenir el embarazo. ¿Es cuestión de modas o cada vez somos más conscientes de los efectos que provocan?
Cuando los titulares comenzaron a alertar del riesgo de trombosis por parte de la vacuna AstraZeneca, fueron muchas las consumidoras de píldoras anticonceptivas que reivindicaron los daños colaterales de este tipo de fármacos. Aun así, sus efectos secundarios siguen siendo desconocidos para gran parte de la población, sobre todo los relacionados con el ámbito de la salud mental.
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Los efectos secundarios de la píldora en tu salud mental
Seguro que has visto alguna fotografía viral en Twitter de mujeres utilizando el prospecto de la píldora anticonceptiva como vestido o como manta dada su magnitud, y no es para menos. Al contar con numerosos efectos secundarios, las recomendaciones acerca de su uso requieren de mucha extensión. Sin embargo, son muchas las consumidoras que prefieren no conocer estos riesgos para no autosugestionarse.
En el plano de la salud mental, los efectos secundarios suelen ser progresivos. No te despiertas un día llorando destrozada, sino que esa tristeza se va gestando poco a poco. Por eso muchas mujeres tienen dificultades para identificar que el origen del problema son estos fármacos. Pero, ¿cuáles son los riesgos psicológicos más comunes?
- Alteraciones en el deseo sexual, la excitación y la capacidad para alcanzar el orgasmo.
- Irritabilidad y tendencia a discutir.
- Ansiedad e inquietud por problemas que se sobredimensionan.
- Tristeza, episodios de llanto y pensamientos derrotistas o incluso suicidas.
- Cambios de humor y labilidad emocional en nuestras relaciones.
- Tendencia al aislamiento.
El desconocimiento de estos riesgos puede evitar algún que otro quebradero de cabeza, pero conocerlos nos ayuda a, en caso de sufrir alguna contraindicación, saber identificar el problema y pedir ayuda. ¿Significa eso que los métodos hormonales son lo peor de lo peor y debes dejar de tomarlos? No. Significa que si un fármaco te va mal, tu médico o ginecólogo puede recetarte otro con dosis diferentes y sin tantos efectos secundarios.
La historia de Sofía:
Sofía, de 26 años, comenzó a tomar la píldora cuando conoció a su actual pareja. El hecho de tener una relación estable la incentivó a buscar un método hormonal para prevenir el embarazo, y durante tres años recurrió a este tipo de fármacos. “Siempre andaba rayada en cuanto tenía un retraso porque mi novio y yo éramos un poco… Digamos imprudentes. Y al final la marcha atrás nos iba a traer un disgusto”, reconoce abiertamente. “Mi mejor amiga tomaba la píldora y como mi novio y yo ya empezamos a ir en serio, pues fui al médico a pedirla”.
En su caso, el médico de cabecera le realizó una analítica y le recetó una pastilla acorde a sus necesidades hormonales, pero tal y como ella admite, no es lo habitual. “De todas las amigas que tengo que toman la píldora, era la única a la que le hicieron analítica. Les pareció raro cuando lo conté, pero para mí era lógico. El resto fueron al médico o al ginecólogo privado y les recetó una pastilla sin más, y otras directamente la compraron en farmacia sin receta ni nada”.
Hacerlo con mi novio me daba pereza, y pasamos de tener sexo prácticamente todos los días a solo una vez al mes
Tras un año y medio, Sofía se había olvidado de los dolores durante la menstruación y de las molestias previas, pero comenzaron los problemas en el terreno psicológico. “Mi deseo sexual desapareció. Hacerlo con mi novio me daba pereza, y pasamos de tener sexo prácticamente todos los días a solo una vez al mes. Yo lo achaqué a que con el tiempo se va un poco la pasión, pero ahora veo que era por la pastilla”, reconoce. “Y luego estaban todos los efectos psicológicos. Estaba de mala hostia siempre y de repente me entraba el agobio y me ponía a llorar por tonterías. Todo me agobiaba, todo me ponía triste y todo era un problema que magnificaba. Pensaba que tenía depresión, de verdad, y hasta quise ir al psicólogo, pero de casualidad leí un post de Instagram sobre estos efectos de la píldora y dejé de tomarla”.
“Pasaron dos meses sin pastillas y el cambio fue brutal. Es que me parece muy bestia, pero llegué a tener ideas suicidas, de querer quitarme del medio y pensar que no merecía la pena vivir, y desaparecieron cuando dejé de tomar la píldora”, confiesa. “Lo más fuerte es que al contarle todo esto a mis amigas, muchas estaban viviendo lo mismo, pero no entendían por qué. Varias se animaron también a dejar las pastillas y mejoraron. Una de ellas llevaba meses yendo al psicólogo y todo por ansiedad. Y oye, yo no digo que si estás mal siempre sea por esto, pero me parece una cosa a tener en cuenta”.
*Si tienes cualquier duda sobre los anticonceptivos que tomas, o quieres empezar un nuevo tratamiento, habla con tu médico: es importante siempre estar bien informada para elegir bien qué opción es la que más te conviene.