Un estudio llevado a cabo por los investigadores de la Universidad de Cambridge publicado en la revista 'Nutrition Research Reviews' ha demostrado que los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías pueden desempeñar "un papel útil y valioso para conseguir la reducción de azúcares y calorías, con beneficios asociados para la salud que no pueden ignorarse", siempre que se utilicen en lugar de azúcar y en el contexto de llevar una alimentación y un estilo de vida saludables.
Ayudar a las personas a reducir su consumo de azúcar y energía, que es una prioridad de salud pública. Los expertos han señalado que el edulcorante puede ser beneficioso para el control del peso cuando se usan para reemplazar el azúcar en los productos que se consumen en la dieta.
Pero hay que tener en cuenta que los resultados, dependerán de la cantidad de azucares sustituidos en la dieta, así como de la calidad general de la alimentación. En cualquier caso, puntualizan que "no puede esperarse que el uso de edulcorantes bajos en calorías suponga por sí solo una solución milagrosa para perder peso". Esta nueva publicación prueba que este tipo de edulcorantes son "seguros": "todos ellos han pasado por un amplio proceso de evaluación de seguridad por parte de autoridades de seguridad alimentaria de todo el mundo antes de que se apruebe su uso en el mercado", defienden.
Según han explicado, “pueden desempeñar un papel en el control dietético de la diabetes si se utilizan como sustitutos de los azúcares". Además, podrían ayudar a reducir la ingesta calórica total y aportar, a la vez, el deseado sabor dulce, si se utilizan en lugar de azúcar para reducir la densidad energética de alimentos y bebidas. Y pueden formar parte de las estrategias a tener en cuenta para reducir la ingesta de azúcares, en línea con recomendaciones de salud pública de todo el mundo orientadas a reducir el riesgo y la prevalencia de la obesidad, un importante problema de salud pública".
En consenso con otro tipo de expertos, las prioridades en la investigación deberían incluir estudios mejor diseñados y de alta calidad para desarrollar una mayor seguridad en la veracidad de las informaciones. Además, desarrollar los estudios en humanos para confirmar los beneficios a largo plazo de los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías. La identificación de las brechas y acciones ayudará a promover mejor diseños de estudio, sugerir prioridades para la financiación de la investigación y fomentar así una política de salud pública más coherente.
"El acuerdo de los expertos es que el considerable conjunto de pruebas en torno a la seguridad y el papel de los edulcorantes bajos en calorías para ayudar a las personas a reducir su ingesta de azúcares y calorías, una importante prioridad de salud pública, debería comunicarse de forma consistente", explica la autora principal del estudio, la doctora Margaret Ashwell.