"Cuando el sistema inmune entra en contacto con un germen, los tipos de respuesta que se generan pueden ser diferentes dependiendo de las condiciones en las que el sistema inmune encuentra a ese germen. Por un lado, se produce un entrenamiento de linfocitos T (memoria celular). Por otro, se produce la activación de la producción de anticuerpos. Primero los de tipo IgM y luego los de tipo IgG. Las células que producen los anticuerpos de tipo IgG específicos para el germen pueden tomar a su vez varios caminos", explica a Informativos Telecinco el doctor Pleguezuelo, del Servicio de Inmunología del hospital 12 de Octubre.
"Un camino es el de la producción de células que producirán anticuerpos a largo plazo. Se llaman plasmablastos. Estas células son las que se persigue formar con las vacunas y proporcionan anticuerpos durante años aun cuando ya no estamos en contacto con el germen. Otro camino es el de las células B de memoria. Esas células producen anticuerpos a demanda. Son como policías entrenados que ante nuevas exposiciones al germen actúan rápido produciendo grandes cantidades de anticuerpos. En los momentos en los que ya no hay contacto con el germen estas células se repliegan y dejan de estar activadas y por tanto dejan de producir los anticuerpos", añade el experto.
"Creo que lo que estamos viendo con el coronavirus . Con la infección se generan células de memoria que producen anticuerpos. Una vez ya no hay infección, ya no es necesario que el sistema inmune siga activado y estas células se "apagan". Pero siguen estando ahí, vigilantes, para si ocurriera un nuevo contacto, producir los anticuerpos IgG específicos frente al SARSCOV2. Lo que no se habrían generado son plasmablastos. Pero es que se tienen que dar condiciones muy concretas que favorezcan la generación de plasmablastos. Y probablemente esas condiciones con el SARSCOV2 no se han dado", destaca el inmunólogo.
"Aun no estamos en disposición de decir cuánto dura la inmunidad frente a sarscov2. Conocemos desde finales de diciembre de 2019 al virus, no sé cómo sacó los datos la OMS sobre la duración de la inmunidad", señala el experto.
Por mucho que los anticuerpos disminuyan y puedan hacerse negativos en personas que han pasado la infección y antes se les detectaron anticuerpos IgG específicos, deben seguir existiendo células B de memoria que ante un nuevo contacto con el virus produzcan rápidamente anticuerpos. Ese tipo de inmunidad de memoria aún no ha sido testada.
"Los que lo han pasado seguro se han inmunizado. Ya tenemos datos de inmunidad celular y se encuentra tanto en asintomáticos como en personas que han pasado covid19 de forma leve, tanto con anticuerpos IgG positivos como negativos. Además está la memoria de linfocitos B (células B), que podría fabricar anticuerpos a demanda, si ocurriera un nuevo contacto con el virus. Así, aunque los títulos de anticuerpos IgG bajen o se negativicen, pueden subir rápidamente si hubiera otra exposición", afirma Pleguezuelo.
Un ejemplo para que la gente lo entienda puede ser el del sarampión. La memoria inmunológica puede ser clave contra el coronavirus. "La gente joven no ha tenido sarampión pero están vacunados de ella. Lo que se pretende con las vacunas es inocularte el virus para que tú tengas una respuesta inmunitaria. Esa respuesta inmunitaria, esos anticuerpos, con los años desde la última dosis de vacuna te desaparecieron de la circulación. Pero tenemos unas células que se encargan de la memoria inmunológica, se encargan de reconocer ante un nuevo virus de sarampión que entre en tu organismo unos años después. Esas células inmediatamente empiezan a producir y activar una serie de células y una serie de proteínas que son los anticuerpos que van a luchar inmediatamente contra esa nueva infección-. Eso en los virus es muy típico, en las bacterias no tanto. Eso es la memoria inmunológica", señala a Informativos Telecinco el epidemiólogo Mario Margolles respecto a los enigmas de la inmunidad y el coronavirus.
"Ahora ¿Por qué ante el coronavirus nos desaparece tan rápido los anticuerpos una vez pasamos la infección? Si me dan a elegir entre tener anticuerpos circulantes en mi sangre además de la memoria prefiero tener las dos, pero el hecho de que no tenga anticuerpos no significa que no tenga memoria. Los anticuerpos normalmente en infecciosas se utilizan con una denominación que es 'parámetros subrogados de protección'”, comenta.
“Se llama parámetro subrogado de protección porque yo no puedo saber la protección que tiene una persona y tengo un indicador que me dice de qué puedo estar protegido, eso es el concepto de parámetro subrogados de protección en este caso. El anticuerpo en sí no te defiende. Lo que te defiende es toda la memoria inmunológica que va a generar una producción masiva de anticuerpos ante una nueva reinfección”, añade Margolles.
“Es mucho mejor tener anticuerpos que no tenerlos. Yo prefiero haberlo pasado sin darme cuenta y tener anticuerpos, esa sería la opción ideal. Pasé la enfermedad, no me hizo ningún daño y tengo protección futura”, afirma.
Hoy mismo se ha conocido que el coronavirus también puede producir secuelas mentales, como demencia. A eso hay que añadir los trombos y las dificultades motoras. Y las secuelas siguen apareciendo, lo que demuestra lo dañino que es el virus. "No sabemos qué puede pasar en el futuro. Nosotros sí estamos encontrando personas que pasaron la enfermedad de una forma no tan leve y ahora tienen trombos, infecciones en tracto urinario, embolismo... al principio era gente curada de sus neumonías o inflamación. Es una cuestión de tiempo. Descubrimos hace seis meses este virus. Me dicen, ¿Cómo no sabemos ya más del coronavirus? Pues porque estamos ante una pandemia. Primero contienes, después mitigas y después conoces. Eso son los pasos. Si puedes adelantar conocimiento, mejor. Al principio el conocimiento fue muy defectuoso”, reflexiona el experto.
La OMS dice que la inmunidad dura de 6 a 12 meses. Tendría fecha de caducidad. Pero Margolles aclara el concepto de reinfección. “Si la inmunidad dura, se hablaría de inmunidad circulante, de anticuerpos circulantes. En cuanto al concepto de reinfección, podíamos señalar que es "cuando te entra de nuevo el virus, lo que no significa que te produzca una nueva enfermedad. Habitualmente con los virus, cuando te reinfectas, estás haciendo una nueva vacunación. Se activa la memoria inmunológica y se refuerza. Eso sí, salvo que no tengas algún tratamiento que te disminuya la ración inmunitaria. Corticoides, inmunoreguladores, la propia edad disminuye también las respuesta inmunitaria...Cada nuevo contacto es una nueva reinfección. Una persona de tercera edad que reside en un centro en el que aparecen casos sin parar, se reinfecta cada poco”, comenta el doctor Margolles.
“Un estudio que hizo el Instituto Karolinska de Suecia ha encontrado, con datos empíricos, a través de una prueba en laboratorio con macacos, que realmente sí existe inmunidad. Duradera, no sé. Si hace seis meses que conocemos esto (SARS-CoV-2)... Lo que tienes que utilizar son los modelos de otros virus similares y poder intentar hacer una homología de comparación. Este virus que se parece a este, se comporta así, puedo presuponer que el otro lo hará de la misma manera en estas condiciones... Pero datos empíricos no hay apenas”, destaca Margolles.
“Hay que ser optimista. Yo lo soy. Muy probablemente tengamos una nueva oleada en los próximos meses invernales, ahí veremos si se comporta de la misma manera, si las poblaciones más jóvenes se ven más afectadas o menos, o con cuadros más graves o menos, porque todo puede cambiar. O incluso vamos a ver de aquellas personas que se infectaron en el mes de marzo de 2020, a ver si se infectan en diciembre de 2020, nueve meses después, cómo responden. Hasta que no suceda en una realidad comunitaria no lo vamos a poder saber”, asegura.
“Comprendo a la gente. La gente busca certezas. Normalmente la biología te da pocas certezas en la vida. Las personas, el contexto... cuando no tienes tiempo de evolución. el sarampión, que se ha erradicado, en su momento fue como el coronavirus. La polio era lo que era, hasta que salió la vacuna y se acabó. En el momento que haya vacuna se acabó el SARS-CoV-2. Parece que no tiene una gran capacidad de mutar, como sí tiene el virus de la gripe. Si no muta y conseguimos vacuna, nos vacunamos todos y se acabó. Igual dentro de 10 años nadie se acuerda del coronavirus”, concluye. Sí, pese a todo, es optimista.