La drunkorexia, también denominada alcohorexia o ebriorexia, proviene de los términos drunk (borracho) y orexia (apetito). Se trata de una combinación entre anorexia y alcoholismo, siendo dos trastornos muy peligrosos. Según explica 'ccadicciones', los afectados reemplazan las calorías de la comida por las de la bebida. De esta manera, no comen alimentos durante horas o apenas comen durante el día para compensar las calorías que han ingerido o van a ingerir con el alcohol.
Esta práctica afecta sobre todo a los jóvenes, demasiado preocupados por su imagen y que no quieren renunciar al alcohol como forma de diversión. Las mujeres son las más perjudicadas ya que su sangre absorbe entre un 30% y un 50% más de alcohol que la del hombre. Su corazón e hígado también son más vulnerables, ya que necesitan menos alcohol que el de los hombres para sufrir un problema de deterioración.
De esta forma, creen que, si las calorías ingeridas mediante el alcohol las suprimen del resto de sus comidas, no subirán de peso ni engordaran, por lo que mantendrán su línea. Por ello, este trastorno tiene muchas consecuencias negativas, tanto a nivel psicológico como físico. Se hace un consumo desmesurado de alcohol en un cuerpo desnutrido, que puede derivar en problemas de salud, desde irritabilidad a problemas gastrointestinales y dentales, daño hepático o pérdida de cabello.
En algunos casos la drunkorexia puede venir dada de padecer anorexia o alcoholismo, pero en otros, es esta misma enfermedad la que desencadena una de ellas o ambas.
El alcohol es la droga legal más consumida en el mundo y está presente en muchas actividades sociales, tanto entre familia, como amigos, compañeros de trabajo… Solemos pensar que su consumo es divertido y nos ayuda a evadirnos, pero la realidad es que es una droga muy peligrosa ya que altera nuestra actividad normal.