Daniel tenía trece meses cuando le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. Un tipo de leucemia especialmente agresivo, ya que al tratarse de una leucemia aguda los síntomas se instauran de manera brusca y progresan a gran velocidad. Es una enfermedad poco frecuente, sin embargo, es el cáncer más común en personas menores de 20 años. En el caso de Daniel, con poco más de un año le trataron en el hospital de La Paz, en sus pasillos aprendió a andar, hasta que consiguió vencer a la enfermedad. Él no necesitó un trasplante de médula ósea, pero mucho de los afectados sí que lo hacen, y de no conseguirlo es imposible su recuperación. Su objetivo es informar sobre los mitos de la donación de médula. Además de concienciar sobre la importancia de informarse e implicarse, porque “le puede pasar a cualquiera”.
Actualmente, Daniel trabaja en el mismo hospital en el que se curó, es enfermero y siempre supo que se quería dedicar al sector de la sanidad. Algo que también hace Belén, que desde hoy es donante de médula. Belén trabaja en la unidad de pediatría, donde ha conocido a muchos niños que padecen leucemia y a sus padres. Esto le hizo dar el paso, un proceso muy sencillo que puede salvar una vida.
En menos de diez años, de 2008 a 2017, las donaciones de médula han crecido en un 1517%. A pesar de esta gran mejora, en parte impulsada por el movimiento ciudadano y por la concienciación en redes sociales se necesitan más donantes. Esto se debe a que muy pocas de estas donaciones son efectivas, es decir, que finalmente tienen lugar por resultar compatibles con un paciente. La compatibilidad entre médulas óseas es muy inusual, por eso, los datos se comparten de forma global, de ser llamada tu médula puede ir a cualquier parte del mundo.
El año en el que más donantes se registraron en España fue el 2017, 39.223, año en el que falleció Pablo Ráez, rostro de la lucha por la donación de médula. En su caso, la donación no llegó a tiempo pero luchó incansablemente porque lo hiciese para muchas otras personas que padecían leucemia como él. Una campaña que comenzó en 2016, que junto a 2017, según los datos de los que se disponen hasta ahora, son los años en los que más donantes se han registrado en España.
En 2017 solo 146 personas se convirtieron en donantes efectivos, por ese motivo es tan necesario que aumenten el número de donantes de médula, porque a pesar de los registrados, la posibilidad de que finalmente te llamen es muy pequeña. Sólo uno de cada 900 donantes inscritos es llamado para realizar una donación efectiva y esto suele ocurrir por término medio al cabo de 6-8 años. Por lo que, cuantos más personas queden registradas, más posibilidades habrá de salvar una vida.
Los requisitos en el caso de la donación de médula son: tener entre 18 y 40 años, pesar más de 50 kg, no haber padecido enfermedades graves o transmisibles. Además, se requiere que no se padezca hipertensión arterial, hipercolesterolemia o diabetes. No tener antecedentes de infecciones por el virus de la hepatitis B, hepatitis C, VIH u otras infecciones potencialmente transmisibles al receptor y no tener antecedentes de adicción a drogas por vía intravenosa, entre otras. En la mayoría de los casos de personas jóvenes, que serían las que potencialmente pueden donar médula se cumplen todos los requisitos que hay que cumplir para hacerse donante de médula.
En cuanto al procedimiento habitual, el donante debe solicitar una cita para la extracción de una pequeña muestra de sangre con el fin de realizar los primeros análisis genéticos de compatibilidad y grupo sanguíneo. Tras lo que será incluido en el registro a nivel mundial y podrás ser llamado en cualquier momento para donar.
Una vez que se produzca esta llamada, que solo reciben unos pocos afortunados, hay dos formas de donar. La más habitual es la llevada a cabo mediante la sangre periférica, empleado en el 90% de las donaciones, se realiza a través de una vena, de forma similar a la donación de sangre, aunque con una duración de entre 3 y 4 horas.
En el otro 10% de los casos, la extracción de las células madre se realiza a través de punción en la cadera. Se lleva a cabo en quirófano y bajo anestesia general. Sin embargo, es una donación extremadamente infrecuente pero también indolora, las molestias para el donante son mínimas y los riesgos prácticamente inexistentes. Puedes encontrar más información sobre la donación de médula, teléfonos de atención, requisitos y métodos aquí.