El surgimiento y la expansión de la variante ómicron ha llegado en un momento muy complicado coincidiendo con la temporada de la gripe, catarros y el resfriado común. Entre los mocos y la tos es difícil discernir si estamos acatarrados o contagiados por ómicron.
Cada vez es más difícil distinguir la covid de los catarros estacionales. Las pruebas PCR o los test de antígenos siguen siendo la herramienta más válida para saber si, los síntomas de fiebre, tos y dolor muscular se deben a una infección por SARS-CoV-2 o un simple resfriado. Y tan preocupados estamos que la compra de test de antígenos se ha disparado provocando desabastecimientos a las puertas de las fiestas de Navidad.
El pianista James Rhodes ha anunciado que ha dado positivo en covid, después de varios días sintiéndose como si tuviera un resfriado. El músico lo ha contado en sus redes sociales cómo es posible confundir los síntomas del covid con los del resfriado.
Rhodes ha contado que pensaba que solo tenía un resfriado, con síntomas de secreción nasal, dolor de cabeza, tos y sensación de debilidad. "Un resfriado típico. Pero aparentemente (según los médicos) los síntomas de ómicron a menudo imitan un resfriado. Hice dos pruebas ayer y ambas resultaron negativas y hoy, boom. De Guatemala a guatepeor. Síntomas mucho más dolorosos".
Los síntomas de la covid han ido evolucionando en función de la cepa predominante. Durante la primera y segunda ola, la sintomatología más común era garganta irritada, congestión nasal, tos seca y dolor muscular. Con la variante ómicron, se le suma la mucosidad y los problemas gastrointestinales. Según los últimos estudios de los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de EEUU, los síntomas de la nueva variante son la tos, la fatiga y la congestión o la mucosidad nasal.
El resfriado, por su parte, al estar causado por un rinovirus es más frecuente en otoño e invierno. La gripe, debida a un ortomixovirus, y también tiene un comportamiento estacional, afectando en otoño e invierno.
En el caso de la covid los síntomas aparecen de una manera más progresiva, y con tendencia al empeoramiento de los mismos, al revés que ocurre con la gripe tras el tercer día de afección comienza a mejor. El resfriado, por su parte, no suele llevar aparejada la fiebre.