¿Eres una persona dependiente o es que tu pareja pasa de ti? Una psicóloga te ayuda a salir de dudas
Aunque a todos nos gusta que nos hagan caso, a veces tenemos unas expectativas demasiado altas e inalcanzables: una psicóloga explica cómo puede afectar esa dependencia emocional en nuestra relación
Para Óscar, su gran problema es la falta de interés de su pareja: “Me dice que soy muy dependiente, pero yo creo que pido lo normal”
¿Qué podemos hacer si nuestra pareja es demasiado pasota? Te damos varias pautas para llegar a un punto intermedio y mejorar la relación
Recibir atención es uno de los mayores placeres del ser humano. Un WhatsApp de tu mejor amigo, un abrazo de tu madre, un like en Instagram… Todos esos pequeños detalles son muestras de afecto a las que damos mucho valor.
No es malo que nos guste la atención. Es más, si esto no sucediese, probablemente no sobreviviríamos. Al igual que un bebé disfruta cuando su madre se fija en él, los adultos también necesitamos que las personas que nos rodean muestren preocupación. El problema surge cuando creamos expectativas desproporcionadas, o cuando nuestros seres queridos no están dispuestos a satisfacer nuestra necesidad de atención.
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¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional es un patrón psicológico que no solo puede estropear nuestras relaciones, sino que también puede provocarnos muchos problemas a nivel personal.
Se caracteriza por:
- Obsesión con una persona, generalmente la pareja. Un dependiente emocional puede decir frases como “si me deja, me muero” o “mi pareja lo es todo para mí”.
- Miedo desproporcionado ante una posible separación. Es normal sentir cierta tristeza ante la idea de una ruptura, pero cuando hay dependencia emocional cualquier pequeña separación se vive de forma muy angustiosa. Si la pareja de un dependiente emocional queda con sus amigos o tiene que trabajar, él puede sentirse abandonado y desolado.
- Idealización de la pareja. A menudo pasan por alto pequeños defectos o incluso los justifican.
Como vemos, las personas con alta dependencia emocional centran su felicidad en otra persona: su pareja, su mejor amigo o amiga, sus padres… Y cuando esa persona pone límites, se sienten totalmente abandonados.
Una relación amorosa así suele ser muy difícil de gestionar para ambas partes. Por un lado, el dependiente lo pasa mal cuando sus necesidades afectivas no son cubiertas, exigiendo cada vez más atención y cuidados. En la otra cara de la moneda, su pareja se puede sentir asfixiada y ante tantas demandas, puede llegar a alejarse o desenamorarse.
Esto es lo que le está sucediendo a Teresa, una joven de 21 años preocupada por su relación. “Cuando empecé a salir con mi novio, yo estaba enamorada de él, pero él no quería nada serio. Pasaron los meses y me dijo que sí quería intentarlo. Por eso para mí él es muy importante. Es como que me da miedo a perderle y que vuelva a agobiarse en algún momento”, confiesa.
Ese pánico a perder a su pareja es el que precisamente está alejándola de él. “Soy consciente de que a veces me paso. Por ejemplo, cuando está con sus amigos si no me escribe al WhatsApp para contarme qué tal, pues me rayo”, relata. “También discutimos mucho porque queda más con sus amigos que conmigo. Quiero ser su prioridad y yo creo que tendría que dedicarme a mí más tiempo, y él no lo entiende”.
Teresa poco a poco ha ido dejando de lado a sus amigas, centrando toda su vida social en su pareja. “Es egoísta, pero cuando mi novio queda con sus amigos, en parte lo que me enfada es no poder hacer lo mismo”, explica. “Es como si toda mi vida fuese él, y yo sé que no es sano ni nada, pero tampoco tengo ni idea de cómo arreglarlo”.
¿Qué hacer cuando tu pareja pasa?
Al igual que hay relaciones tóxicas con alta dependencia emocional, también podemos encontrarnos con parejas en las que una de las partes exige un mínimo de cuidados, pero la otra es incapaz de proporcionarlos. Estamos hablando de dejadez o desinterés.
En estos casos, suele producirse una dinámica prototípica:
- Una de las partes está preparada para una relación y tiene claras sus necesidades. Quiere atención, afecto e interés.
- Su pareja considera que esas necesidades son desproporcionadas. Pasa días sin contestar al teléfono, solo queda en persona si se anulan otros planes, apenas tiene muestras de cariño y prioriza cualquier otra parcela frente a su pareja.
- Al desatender la relación, comienzan a producirse discusiones.
- Tras la discusión, el miembro de la pareja más pasota promete cambiar, pero tras varios días vuelve a las andadas.
Esto es lo que le sucede a Óscar, de 24 años. “Estoy planteándome dejarlo con mi novio. El nivel de agotamiento es tan bestia, que le he dado un ultimátum”, explica. El principal problema de la relación es que se siente ignorado y desatendido.
“Ha estado días sin contestarme al WhatsApp. No hablo de unas horas cuando sales de cañas con gente o estás trabajando. Hablo de días, y lo que más me jode es cuando eso pasa después de una discusión porque yo no sé si me ha mandado a paseo, si está con otro o si todo está bien”, expresa angustiado. “Lo que sí sé es que ya no puedo más”.
Me dice que soy muy dependiente, pero yo creo que pido lo normal
Al hablarlo con su pareja, Óscar siente que minimiza sus emociones. “Me dice que soy muy dependiente, pero yo creo que pido lo normal”, explica. “Luego dice que es muy independiente, pero eso no lo justifica. Puedes tener todo el espacio del mundo, pero sin hacer sentir a tu pareja como la última mierda”.
En este tipo de relaciones, es fundamental dejar claras nuestras necesidades y nuestros límites. En otras palabras, responder a dos preguntas: qué necesitas en una relación y qué estás dispuesto a hacer si tu pareja no satisface esa necesidad.
No es malo necesitar atención, igual que no es malo ser una persona más ‘pasota’ o despreocupada. El problema surge cuando en una pareja, hay necesidades totalmente opuestas y sólo cede una de las partes.
Para que una relación de este tipo funcione, es importante que el miembro de la pareja más afectuoso respete la autonomía de su pareja, y el miembro más despreocupado se implique más en la relación. Lo que nunca va a ayudar es:
- Ridiculizar lo que siente la otra persona aunque tú no lo entiendas.
- Centrarte sólo en lo malo, ignorando los esfuerzos que hace tu pareja para adaptarse a ti.
- Desatender tus necesidades para volcarte totalmente en tu pareja.
Hay muchas formas de entender una relación, lo importante es que tanto tú como tu pareja entendáis, compartáis y respetéis las necesidades del otro.