Diferencias entre ligar y acosar: cinco pautas para no incomodar a nadie

  • Cinco recomendaciones para conocer gente nueva sin incomodar

  • Nadie nace deconstruido y por eso es importante aprender a tontear sin faltar al respeto ni ser invasivo

  • ¿Cuál es la diferencia entre ligar y acosar? Una psicóloga explica qué es el consentimiento mutuo, libre e informado

Desde que las palabras “feminismo” y “machismo” pasaron a formar parte de nuestro vocabulario, muchas personas han intentado aprender, deconstruirse y superar las secuelas del sexismo con el que todos hemos sido educados. Ese camino no es fácil, sobre todo cuando tenemos que cambiar conductas muy interiorizadas, por ejemplo, a la hora de ligar.

En pleno 2022 seguimos encontrándonos con una desagradable escena en los bares: el acoso. Estás tranquilamente con tus amigos y una persona no para de molestarte. Intentas ser amable, pero él confunde esa amabilidad con coqueteo. Respondes con frases cortantes, pero educadamente. Sigue insistiendo. Finalmente le dices que te deje en paz y te suelta una retahíla de insultos. Se le llena la boca diciéndote puta y borde, preguntándote que quién te has creído para rechazarle o soltando ese típico “pues no estás tan buena” cuando un minuto antes quería llevarte a la cama.

Sin embargo, esta dinámica no es exclusiva de los bares. También ocurre en las redes sociales a través de mensajes sexuales o fotografías no solicitadas. Ocurre en la universidad. Ocurre en el trabajo. Ocurre en la calle, tanto a plena luz del día como en mitad de la noche, en calles transitadas y en callejones vacíos.

Ligar o acoso, ¿cuál es la diferencia?

Aunque parezca obvio, la diferencia entre ligar y acosar es el consentimiento mutuo, libre e informado. ¿Qué significa esto?

  • Que ambas partes estáis de acuerdo. Queréis hablar y queréis seguir conociéndoos. No es que uno insista y la otra parte aguante por no mandarle a paseo.
  • Que no hay intimidación. La intimidación casi nunca es explícita. Nadie te viene en un bar y te dice “o hablas conmigo o atente a las consecuencias”. Es algo más sutil. Por ejemplo, mediante estrategias de manipulación como el chantaje emocional: “¿Cómo no me vas a dejar invitarte a una copa si solo estoy intentando ser amable?”, “¿Cómo no me vas a dar tu WhatsApp si estoy siendo súper amable contigo?”, “¿Cómo no vas a darme un beso si te he invitado a la cena?”, etc.
  • Que sabes a ciencia cierta que la otra persona está a gusto. Aunque te dé vergüenza, es importante preguntar y obtener el consentimiento claro de la otra persona. Que te diga que quiere estar contigo, tanto si es hablando como si es enrollándoos o manteniendo relaciones sexuales. Y recuerda que se puede cambiar de opinión en cualquier momento.

Ahora párate a pensar si todas las situaciones de “ligoteo” que has vivido, tanto en primera persona como siendo espectador, cumplen con estos tres requisitos.

Que un desconocido te suelte un piropo por la calle no es ligar, porque no hay consentimiento. Tampoco lo hay cuando le envías material erótico a alguien a través de Instagram, o cuando te pones pesado en un bar, o cuando tienes una cita de Tinder y ves que no fluye pero sigues insistiendo para ver si cede y pasáis la noche juntos. Todo esto es acoso.

Cómo ligar sin acoso en 5 pasos

Nadie nace sabiendo y no pasa nada por querer aprender a ligar sin perpetuar las dinámicas de acoso con las que hemos crecido. Para lograrlo, puedes empezar siguiendo varias recomendaciones, pero recuerda que el camino hacia la igualdad dura toda la vida y que no sirve de nada ser muy respetuoso con tus ligues, pero machista con tus amistades, con tus compañeras del trabajo o con tu familia.

  1. Respeta el espacio personal de la otra persona. Estás en un bar y hay una chica que te gusta, pero está con sus amigas. Te acercas y le agarras de los hombros para hablar. ¡Error! No tienes derecho a tocar a alguien sin su consentimiento, así que intenta mantener las distancias para no ser demasiado invasivo.
  2. Pregunta, pregunta y vuelve a preguntar. No vas a parecer inseguro, así que pregunta cosas como: ¿Puedo invitarte a algo? ¿Te parece bien si me presento y hablamos un rato? ¿Quieres conocerme o prefieres estar con tus amigos? ¿Te incomodaría si te doy mi teléfono?
  3. No insistas. Si ante cualquiera de las preguntas anteriores obtienes un “no”, vete por donde has venido sin insistir y, sobre todo, sin faltar al respeto.
  4. No te hagas la víctima. Es importante evitar el chantaje emocional y el victimismo. Quizá en tu cabeza suena bien la frase “es que me siento súper inseguro porque me han rechazado ya cinco chicas y necesito un subidón de autoestima”, pero lo único que conseguirás es generar culpabilidad en la otra persona y o bien que te rechace, o bien que te hable por lástima, pero no por genuino interés.
  5. Si no es solicitado, obvia cualquier comentario. Cuando la conversación llega a cierto nivel de confianza, es normal que surjan halagos. Por ejemplo, decirle que es guapa. Esto es algo progresivo. Lo que no es apropiado es gritárselo a una desconocida o a una persona con la que nos has mediado ni dos palabras.