Estos días, cuando el reloj apenas ha marcado las ocho y media de la tarde, el sol se pone y se hace la oscuridad absoluta en prácticamente toda España. Atrás quedan los días que parecían no acabar nunca, con luz hasta bien entrada la noche. Concretamente, cada día perdemos un promedio de 2 minutos y medio de sol. ¿Cómo afecta esto a nuestro estado de ánimo? ¿Te suena la astenia otoñal?
Muchas personas se sienten más decaídas cuando el día es gris que cuando hace un solazo que dura hasta pasada la hora de la cena. Incluso existe lo que llamamos astenia otoñal, que se manifiesta por un aumento de la somnolencia y del cansancio, así como una mayor apatía o irritabilidad y, en general, una sensación predominante de tristeza.
Algunos médicos lo llaman trastorno afectivo estacional, y está relacionado con la serotonina, una sustancia química (neurotransmisor) en el cerebro que ayuda a regular el estado de ánimo, lo que se conoce como ‘la hormona de la felicidad’.
De igual manera, cuanta menos luz percibimos, mayor melatonina (la ‘hormona del sueño’) produce nuestro cuerpo, por lo que solemos estar más somnolientos cuando se reducen las horas de luz.
El último ‘ingrediente’ que zarandea nuestro estado de ánimo con la llegada del otoño es la vitamina D, que está relacionada con la salud de los huesos, la salud mental y la de nuestro sistema inmunológico. Más personas de las que pensamos sufren un déficit de esta sustancia, por eso es importante aprovechar las pocas horas de luz solar durante las estaciones ‘oscuras’.
Cuando las horas de luz solar se reducen, lo hacen también las funciones metabólicas en muchas especies de animales, que inician la hibernación. En los humanos no ocurre esto, pero sí algo comparable.
Nuestro cerebro de repente pasa a decirnos que estamos más relajados, con todo lo que eso conlleva: mayor sensación de sueño, de sosiego… Pero también pasa a dominarnos un sentimiento de melancolía y de tristeza. De igual manera, hay estudios científicos que demuestran que comemos más durante el otoño y el invierno que en primavera y verano.
Si sientes que te vienes abajo con el acortamiento de los días, sufres lo que se denomina astenia otoñal, y la mejor manera de combatirla es haciendo dieta sana y equilibrada, en los horarios normales (sobre todo: procura no cenar a las tantas), haciendo algo de ejercicio, durmiendo las 8 horas recomendadas y aumentando tu exposición a la luz solar, aunque esta empiece a escasear. Cuando no estés trabajando, saca tiempo para salir a la calle y evita quedarte encerrado.