El 8 de julio es la fecha en la que se conmemora el Día Mundial de la Alergia con el objetivo de concienciar en la prevención de las enfermedades que provoca así como en la búsqueda de tratamientos efectivos para paliar sus efectos más dañinos.
En España se calcula que cerca de un tercio de la población -14 millones de personas- padece algún tipo de alergia. Los ácaros, el polen, algunos alimentos o el pelo de algunas mascotas son algunas de las sustancias que mayor número de reacciones provocan. Pero, ¿Por qué se produce la alergia?.
No hay un consenso científico claro al respecto pero se sabe que se trata de una reacción desmesurada del organismo frente a la presencia de determinadas sustancias. De esta manera, aunque el alérgeno que las provoca puede ser diferente, los síntomas de la mayoría de alergia suelen parecerse.
En algunos casos, una reacción alergia severa puede acabar provocando la muerte pero lo más habitual es que genere simples molestias como picor de ojos, enrojecimiento de la piel, estornudos, inflamaciones leves o tos. Si la cosa se complica pueden aparecer síntomas más graves como vómitos, diarrea o hinchazón de la cara.
Durante el verano, los alérgenos más habituales son el polen, la exposición al sol o las picaduras de insectos pero existen numerosas sustancias que pueden provocar reacción durante las vacaciones. En los meses de calor, el polen suele provenir de flores pequeñas conocidas como gramíneas que junto a los pastos y los cereales son el causante de la mayoría de alergias.
La urticaria y los eczemas provocados por exposiciones prolongadas al sol son otra de las reacciones más habituales durante la época estival en la que, tal y como recuerdan las autoridades sanitarias, es importante utilizar crema solar y evitar caminar durante las horas centrales del día en las zonas más calurosas. Junto al polen y el sol, los ácaros del polvo son otro de los causantes de miles de alergias. Se trata de minúsculos bichos que se alimentan de las partículas en suspensión y que pueden estar en sábanas, armarios u otros tejidos. Las picaduras o la mordeduras de otros insectos como avispas o arañas pueden provocar también reacciones alérgicas que, en los peores casos, requieren de intervención hospitalaria. Los gatos los perros y otros animales también acumulan en su pelo sustancias que pueden provocar alergia en una buena parte de los ciudadanos.
Para que la alergia no se convierta en un incordio que arruine las vacaciones, los médicos recomiendan realizarse pruebas de detección para determinar con precisión las sustancias a las que una persona es alérgica. Con el tratamiento adecuado, es posible poder hacer 'vida normal' a pesar de tener alergia.
En cualquier caso, y teniendo en cuenta que los síntomas de algunas alergias no se pueden evitar con antihistamínicos, lo más recomendable es evitar el contacto con el alérgeno y seguir las siguientes pautas: