Día Europeo contra la obesidad: peligros y cómo evitarla
Día Europeo contra la obesidad: un 14,5% de la población es obeso y un 38,5% tiene sobrepeso en España
La prevalencia de la obesidad es alarmante en España, especialmente en niños y adolescentes
Una alimentación saludable y ejercicio regular son algunas de las claves para evitar el sobrepeso
En la población adulta española (25-60 años), la prevalencia de obesidad es del 14,5 por ciento y el sobrepeso asciende al 38,5%. Esto significa que uno de cada dos adultos presenta un peso superior a lo recomendable, según los datos que maneja el Ministerio de Sanidad, y las cifras son aún más alarmares en escaso de niños y adolescentes. Por eso es tan necesario que exista el Día Europeo de la Obesidad, que tiene lugar cada 16 de mayo. Se trata de una fecha dedicada a difundir información preventiva sobre este problema, así como datos sobre las consecuencias de una mala alimentación y una vida sedentaria. ¿Cuáles son los peligros de la obesidad y cómo evitarla? ¿De qué forma debemos planificar nuestro día a día para mantener un peso saludable?
Día Europeo contra la obesidad: peligros y cómo evitarla
MÁS
Muchas de las campañas relacionadas con la prevención de la obesidad ponen el foco hoy en día en niños y adolescentes, y no es para menos teniendo en cuenta que cuando hablamos de este sector, las cifras resultan especialmente alarmantes: la obesidad en este segmento de población (de 2 a 24 años) se sitúa ya en el 13,9 por ciento, y la de sobrepeso en el 12,4. Además, los niños tienden más al sobrepeso que las niñas, y los adolescentes más que los niños de menor edad.
Es importante tener en cuenta, a la hora de valorar estas cifras, que la prevalencia de la obesidad crece conforme aumenta la edad de las personas, alcanzando cifras del 21,6 y 33,9 por ciento en varones y mujeres de más de 55 años, respectivamente. Una alta incidencia infantil y durante la adolescencia suele ser la antesala de adultos obesos y con mayores problemas de salud. De hecho, la prevalencia de la obesidad y su tendencia ascendente durante las dos últimas décadas han hecho que también se afiance en España el término de “obesidad epidémica”.
Para evitarlo, lo más importante es inculcar a los niños (y, por supuesto, en los adultos) buenos hábitos de alimentación y, entre ellos, no saltarse el desayuno es uno de los más importantes. En este sentido, los diversos estudios con los que cuenta el Ministerio (Encuesta Nacional de Salud o Estudio EnKid) estiman que el 6,2 por ciento de la población infantil y juvenil española no desayuna habitualmente y que existe una relación clara entre este mal hábito alimenticio y la obesidad. A medida que aumenta la edad, estas cifras empeoran: a los 18 años un 9,8 por ciento de los hombres y un 7,8 por ciento de las mujeres no desayunan nada. Como respuesta, el desayuno debe ser equilibrado, compuesto por leche, fruta o zumo e hidratos de carbono. No basta con tomar un vaso de leche.
Otra clave es mantener el equilibrio en la alimentación en general, evitando los excesos y siguiendo la máxima de que ningún producto es malo si se consume con moderación y "se toma la cantidad recomendada para cubrir las necesidades nutricionales diarias”, tal y como recuerda la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Así, "lo que es perjudicial para la salud es comer en exceso o menos de lo necesario de un alimento, ya que podría dar lugar a obesidad o a enfermedades carenciales".
Eso sí, determinados productos deben evitarse en la medida de lo posible, como es el caso de los alimentos compuestos de azúcar y grasas saturadas, además de aditivos, aromas, colorantes y saborizantes. En general, las comidas precocinadas o rápidas contienen más sal, son más energéticas e incluyen cantidades grandes de proteínas, grasas y colesterol, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de obesidad.
Del mismo modo, es importante consumir frutas y verduras al menos 5 veces al día, que pueden repartirse entre las 5 comidas que debemos hacer a lo largo del día. Al contar con tantas comidas podemos controlar mejor qué ingerimos entre horas o evitar el picoteo descontrolado; también evitaremos pasar muchas horas sin comer, lo que suele provocar que nos apetezcan comidas muy copiosas para saciar el hambre acumulada.
Otro punto clave es el descanso: "Cada vez más, debido al estilo de vida, se duermen menos horas”, asegura la AECC. Así, diferentes estudios señalan que la falta de horas de sueño puede incrementar el hambre y el apetito por alimentos ricos en calorías. Por eso (y por otras muchas razones) es importante "establecer un horario para irse a la cama que permita regular el sueño y mantener un peso normal".
Por último, el ejercicio regular es necesario para evitar la obesidad y mantenemos en forma: al menos dos o tres días a la semana deberás dedicar un rato a practicarlo en función de tus necesidades concretas.
En cuanto a los efectos de la obesidad, las personas que la sufren tienen una mayor probabilidad de sufrir determinados problemas de salud, como glucosa (azúcar) alta en la sangre o diabetes, presión arterial alta (hipertensión), ataques cardíacos, problemas óseos y articulares, cálculos biliares y problemas del hígado, y algunos tipos de cáncer.