Ducharse es algo que deberíamos hacer todos los días. Sin embargo, ¿sabías que había una manera correcta e incorrecta de hacerlo?. Bueno, aparentemente la hay, según Self Magazine.
El estudio asegura que salir de una ducha húmeda y entrar en el aire frío causa una caída repentina en la temperatura corporal, lo que conduce a un estado más relajado. Para evitar ese exceso de sueño, se debe tratar de terminar las duchas con ráfagas de frío, luego agua caliente y fría de nuevo.
Por lo tanto, justo antes de salir de la ducha, es conveniente ponerse bajo agua helada durante 30 segundos, tornar a la caliente calor y volver a darle a la fría. El cambio repentino de agua fría a caliente abre los capilares debajo de la piel, lo que aumenta el flujo sanguíneo.
La inmersión en agua fría se ha relacionado con una mayor tolerancia al estrés, un sistema inmunológico más fuerte y un aumento de la quema de grasa, según la investigación, además de tener efectos antidepresivos.
Esta investigación se produce después de que un doctor también diera consejos sobre la ducha el año pasado. Según el médico James Hamblin, puede no tener sentido usar jabón y otros productos de lujo. En su libro, 'Clean: The New Science of Skin', el autor dijo que los agentes de limpieza pueden afectar el equilibrio de los microbiomas naturales.
Escribió: "Si bien durante mucho tiempo hemos pensado en nuestra piel como una barrera para separarnos del mundo exterior, el creciente conocimiento sobre el microbioma sugiere que la piel es en cambio una interfaz dinámica con nuestro entorno".
Básicamente, abofetear nuestros cuerpos en jabón puede confundir las respuestas naturales de nuestro cuerpo a la suciedad. Por esta razón, el doctor Hamblin apunta que ha decidido abandonar dichos productos por completo.