La pandemia del coronavirus golpeó con especial dureza a los más mayores. No solo se llevó tantísimas vidas, sino que la soledad, el aislamiento y la falta de actividad por el confinamiento han dejado en muchos secuelas tan graves como la depresión o la desnutrición.
Vicenta perdió a su marido en los peores momentos de la pandemia en España. Dejó de comer y aún no ha recuperado su peso. "Lo que tomaba lo devolvía, perdí por lo menos 10 kilos", cuenta la mujer. La falta de actividad hace mella en muchas personas, especialmente en los mayores: seis de cada 10 sufre algún tipo de desnutrición.
La falta de contacto con sus familiares les afecta gravemente. Desde dejar de comer hasta incluso de andar. "Hemos tenido que animarles y ahora parece que están cogiendo el ritmo otra vez de comida", explica al respecto Conchi García, directora de la residencia Ballesol Mirasierra, Madrid.
La pandemia ha afectado "tanto en sí fisiológicamente como para disminuir la fuerza muscular", según precisa Iván López, nutricionista. Una dieta saludable y ejercicio son ahora los dos pilares de su recuperación. "Aunque los análisis digan que ha habido una pérdida, por ejemplo, de proteínas, hay que darle un aporte adicional", subraya Antonio Ortega, médico. Porque esa conexión que trasciende las palabras es lo que les da fuerzas para seguir cuidándose.