Un nuevo estudio ha demostrado en animales que un determinado tratamiento mejora la calidad del tejido cicatrizante tras un ataque cardíaco, según han explicado los investigadores del Instituto Westmead para la Investigación Médica y la Universidad de Sydney en Australia.
Este tratamiento podría conducir a la formación de nuevos vasos sanguíneos en el corazón y reduce los índices de arritmia cardíaca grave. Ya que después de un ataque cardíaco, el músculo cardíaco se daña, causando la formación de tejido cicatrizante grueso. Esto puede limitar la capacidad del corazón para funcionar eficientemente, y puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardíaca y muerte súbita cardíaca.
Hasta el momento los tratamientos actuales cuentan con el objetivo de restaurar la sangre y el suministro de oxígeno pero aunque esto suele mejorar los resultados clínicos, más de un cuarto de los pacientes desarrollan insuficiencia cardíaca en el plazo de un año.
Según ha explicado James Chong, líder del estudio, que se ha publicado en la revista 'Science Translational Medicine', “ahora mismo no hay tratamientos capaces de cambiar la cicatriz de esta manera. Al mejorar la función cardíaca y la formación de cicatrices después de un ataque cardíaco, el tratamiento con factor de crecimiento AB derivado de plaquetas (rhPDGF-AB) conduce a un aumento general de la tasa de supervivencia en nuestro estudio”.
De esta manera, han demostrado que esta terapia podría llegar a mejorar la función cardíaca después de un ataque. "Este proyecto se ha desarrollado durante más de 10 años y ahora tenemos datos convincentes en dos especies para la eficacia de este tratamiento", ha explicado Chong.
Ahora, esperamos investigar más a fondo el tratamiento, incluyendo si podría ser usado en otros sistemas de órganos impactados por el tejido cicatrizante, como los riñones", ha concluido.