¿Qué provoca el covid persistente? La reactivación del virus Epstein-Barr puede ser la causa
El virus de Epstein-Barr (VEB) resultante de la respuesta inflamatoria a la infección por coronavirus puede ser la causa de los síntomas de covid persistente
El estudio encuentra casos de enfermos asintomáticos que luego han desarrollado covid persistente
El hallazgo da nuevas posibilidades para el diagnóstico y el tratamiento de la COVID-19 persistente.
El covid persistente se ha convertido en una tortura para todos aquellos que lo sufren. Como sufrir diez enfermedades a la vez. Y nadie sabía hasta ahora qué era lo que provocaba que hubiera pacientes que arrastraran secuelas permanentes del covid. En España se calcula que pueden llegar a 200.000. Un estudio publicado en la revista 'Pathogens' da ahora una posible evidencia al respecto y sugiere que la reactivación del virus de Epstein-Barr (VEB) resultante de la respuesta inflamatoria a la infección por coronavirus puede ser la causa de los síntomas de covid persistente, hasta ahora inexplicables, como la fatiga, la niebla cerebral y las erupciones cutáneas, que se producen en aproximadamente el 30 por ciento de los pacientes tras la recuperación de la infección inicial.
"Realizamos pruebas de anticuerpos contra el VEB en pacientes con COVID-19 recuperados, comparando las tasas de reactivación del VEB de los que tenían síntomas de COVID-19 persistente con los que no tenían. La mayoría de los que tenían síntomas prolongados de COVID dieron positivo en la reactivación del VEB, pero sólo el 10% de los controles indicaron reactivación", explica el autor principal del estudio, Jeffrey E. Gold, de la World Organization.
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De asintomáticos a tener covid persistente
Los investigadores empezaron por encuestar a 185 pacientes seleccionados al azar que se habían recuperado de la COVID-19 y descubrieron que el 30,3 por ciento presentaba síntomas a largo plazo compatibles con la COVID-19 persistente tras la recuperación inicial de la infección por el SARS-CoV-2. Esto incluía a varios pacientes con casos de COVID-19 inicialmente asintomáticos que posteriormente desarrollaron síntomas de COVID-19 persistente. Los investigadores descubrieron entonces, en un subconjunto de 68 pacientes con COVID-19 seleccionados aleatoriamente de entre los encuestados, que el 66,7 por ciento de los sujetos con COVID-19 persistente, frente al 10 por ciento de los controles, eran positivos a la reactivación del VEB.
"Encontramos tasas similares de reactivación del VEB en aquellos que tenían síntomas de COVID-19 persistente durante meses, así como en aquellos con síntomas de que empezaron apenas semanas después de dar positivo. Esto nos indicó que la reactivación del VEB probablemente se produce simultáneamente o poco después de la infección por COVID-19", detalla otro de los autores, David J. Hurley, profesor y microbiólogo molecular de la Universidad de Georgia (Estados Unidos).
La relación entre el SARS-CoV-2 y la reactivación del VEB descrita en este estudio abre nuevas posibilidades para el diagnóstico y el tratamiento de la COVID-19 persistente. Los investigadores indican que puede ser prudente analizar a los pacientes que acaban de dar positivo en COVID-19 para ver si hay indicios de reactivación del VEB. Si los pacientes muestran signos de reactivación del VEB, pueden ser tratados tempranamente para reducir la intensidad y la duración de la replicación del VEB, lo que puede ayudar a inhibir el desarrollo de la COVID-19 persistente.
El covid persistente tiene rostro
Cristian no puede ni pasar la bayeta
Cristina tiene 37 años. Y lo peor no es el dolor de cabeza, lo peor es que se siente como una persona mayor incapacitada. No puede ni pasar una bayeta. Cuando está cocinando se tiene que parar a pensar el siguiente paso. Cuando va en coche se tiene que parar para ver por dónde tiene que ir. No se trata de trabajar, que no puede, se trata de vivir como antes. Ella iba al gimnasio, trabajaba y cuidaba de su marido y su hijo como si tuviera cuatro manos. Ahora es imposible, y la incertidumbre de no saber cuándo se curará, aumenta su pesimismo y la invalida todavía más. Ha superado los trombos pulmonares, ha sanado una válvula del corazón o el encharcamiento de pleura, pero sigue teniendo una úlcera en la que cabe una mano que necesita dormir con botox, disnea, tos e hipo persistente y así una lista terrible de síntomas de un catálogo que ya se asocian al covid persistente, unos 200.
Sandra ha contabilizado hasta 37 síntomas en su día a día
Sandra González, de 48 años, ha llegado a contabilizar hasta 37 síntomas diferentes del covid. La mujer, natural de Granada, superó la fase aguda sin problemas. “Yo me pensaba que me había librado de todo”, explica. Pero, tras recibir el alta médica, empezó a sufrir un calvario de síntomas, un total de 37 - dolor de cabeza, dolor de oídos, eccemas, poliartralgias, febrícula, dolores musculares, diarreas, tos, dolores estomacales, cansancio generalizado, taquicardia, disnea, fallos de memoria, hormigueo en la cabeza, mareos, presión en el pecho, bajo estado de ánimo, dificultad de concentración, pérdida de olfato, pérdida del gusto, caída de cabello, inestabilidad, dificultad para recordar palabras, rigidez cervical, extrasístoles y sequedad extrema en la piel.
Irene con 14 años también lo sufre
Irene tiene sólo 14 años y convive con los síntomas del covid. Pasó la enfermedad en septiembre, ahora es negativa, pero las secuelas continúan e incluso ahora son peores. Va con amigos y se cansa. Le duelen los brazos, tiene calambres, le cuesta respirar. Y el problema es que no existe tratamiento. El covid persistente se da sobre todo en adultos y en preadolescentes.
Estela no aguantaba de pie
Estela ni siquiera aguantaba en pie. Tiene 30 años, tuvo el virus en agosto y sigue peleando. Tras mucha fisioterapia empieza a recuperar su vida y ha vuelto a trabajar. Este tipo de pacientes y sus familias piden unidades de COVID persistente en los hospitales, sentirse acompañados en su nueva vida postcovid, porque ya no tiene el virus, no contagian, pero sus secuelas están presentes día tras día.