Los países del mundo van, poco a poco, avanzando hacia la 'nueva normalidad' que nos ha dejado el coronavirus. En todos ellos los expertos aseguran que, para que todo vuelva a ser como conocíamos, deberá pasar un largo periodo de tiempo.
511 epidemiólogos y especialistas en enfermedades infecciosas han respondido a una serie de preguntas, realizadas por The New York Times, sobre su estimación de la duración de estos periodos de tiempo para que podamos reanudar nuestra vida diaria.
Así, uno de los resultados más sorprendentes del estudio muestra que el 6% de ellos no volverá a abrazar ni a dar la mano al saludar a un amigo. Para el resto, el 42% aseguró que esta muestra de cariño no volverían a emplearla hasta dentro de, al menos, un año.
Sobre el mismo periodo de tiempo, un año, la mayoría de epidemiólogos estima no volver a realizar actividades como acudir a eventos deportivos, conciertos u obras de teatro (apoyado por un 64%), asistir a una iglesia u otro servicio religioso (el 43%) o salir con alguien que no conoces bien (un 42%).
En un periodo de tiempo más optimista, de los próximos tres meses a máximo un año, la mayoría de los expertos fijan actividades como asistir a una pequeña cena, un picnic al aire libre con amigos, enviar a los niños a la escuela, campamento o guardería o trabajar en una oficina. Dentro de este grupo de actividades también fijan viajar en transporte público, en avión, o acudir al gimnasio.
Las cifras más esperanzadoras se han registrado en pequeñas actividades de la vida cotidiana que los epidemiólogos han aceptado que podrán realizar este mismo verano, como acudir a la peluquería o consultar a un médico para una visitan no urgente.
Pero la encuesta también muestra la opinión de algunos expertos, los más cautos, que han llegado a contestar que nunca volverán a retomar algunas actividades después de haber vivido la pandemia del coronavirus, como el 6% que nunca volverá a abrazar a alguien, o el 4% que nunca volverá a un gimnasio.
El uso de mascarillas en toda la población mantiene el número de reproducción del coronavirus por debajo de 1, y evita que se produzcan nuevas oleadas del virus cuando se combinan con confinamientos intermitentes, según sugiere un estudio de modelización de las universidades de Cambridge y Greenwich (Reino Unido).
La investigación sugiere que los confinamiento por sí solos no detendrán el resurgimiento del SARS-CoV-2, y que incluso las mascarillas caseras de eficacia limitada pueden reducir drásticamente las tasas de transmisión si son usadas por suficientes personas, independientemente de si muestran síntomas.
"Nuestros análisis apoyan la adopción inmediata y universal de las mascarillas por el público. Si el uso generalizado de mascarillas por el público se combina con el distanciamiento físico y algún tipo de confinamiento, puede ofrecer una forma aceptable de manejar la pandemia y reabrir la actividad económica mucho antes de que haya una vacuna que funcione", explica Richard Stutt, autor principal del trabajo, que se ha publicado en la revista 'Proceedings of the Royal Society Academy'.