La gripe es una enfermedad causada por el virus de la ‘influenza’ y que afecta a las vías respiratorias de forma aguda. La gripe se transmite rápidamente y tiene síntomas diferentes a los de un resfriado común. El periodo de incubación de la gripe es de dos o tres días y enfermedad dura una media de cinco a siete días.
El virus de la gripe se contagia por medio de las gotitas que desprenden las personas infectadas mediante la tos y estornudos. El contagio de la gripe se puede prevenir mediante algunas medidas para reducir el tiempo de exposición al virus. Estas medidas sirven tanto para la gripe como para el resfriado común o cualquier enfermedad de tipo vírica.
La gripe y el resfriado tienen síntomas distintos. El virus de la ‘influenza’ causa en el paciente temperaturas altas, fiebres de hasta 40º, dolores musculares, de cabeza y de garganta, y también debilidad, tos seca y cansancio general en todo el cuerpo. En cambio, el resfriado o catarro común tiene síntomas diferentes con congestión nasal y estornudos, aunque también puede aparecer tos y dolor de garganta.
Algunos de los síntomas del resfriado pueden aparecer también en la gripe como la irritación ocular y los estornudos. El resfriado suele durar una semana, pero la tos podría persistir aún algunos más. La gripe tarda entre 48 y 72 en incubarse y entre cinco y siete días en desaparecer.
Para el tratamiento de la gripe se administran medicamentos que mejoran el estado general del paciente como son los antitérmicos, para reducir la fiebre y la tos. Además, se aconseja el reposo en cama y la hidratación, más de dos litros al día, o baños tibios. El uso un tratamiento antiviral específico no es muy habitual para el virus de la gripe porque su eficacia es dudosa.