El uso obligatorio de mascarillas en las calles, cuando no es posible garantizar la distancia de seguridad de dos metros, y en espacios cerrados, entró en vigor este jueves. El uso de este material de protección es necesario en espacios al aire libre y en espacios cerrados de uso público. El objetivo está claro, parar al coronavirus. Sin embargo, la nueva norma suscita numerosas dudas, por lo que el doctor Xavier Xercavins, experto en Medicina Preventiva, explica todas las que nos van a surgir día a día en Informativos Telecinco.
"En espacios abiertos, lo mejor es que todo el mundo, por lo general, lleve mascarilla. La obligación (que impone la nueva norma) es un poco 'vacilante': hay que llevar mascarilla cuando no se garantice la distancia de dos metros, pero vas por la calle y ves a más gente sin mascarilla que con ella. Las personas que no apoyan el uso de mascarilla (grave error) dirán que cumplen los dos metros de distancia o que ha sido el otro individuo el que se le ha acercado, por lo que la Policía no podrá decir nada si no la llevan, buscarán excusas. Con esta norma titubeante estamos un poco igual que antes", señala el experto de Doctoralia.
España tiene el kilómetro cuadrado más densamente poblado de Europa. Las personas suelen salir a la misma hora, nos cruzamos ¿Hay riesgos? Un artículo del The New York Times señaló que al hablar desprendemos partículas que quedan en el aire durante 14 minutos, aproximadamente. "El viento puede acelerar el contagio. Puedes estar a 20 metros de distancia y el aire te llevará las partículas (aerosoles). Por eso la norma debería obligar a llevar mascarilla independientemente del distanciamiento social en la vía pública", añade.
"El uso de mascarilla en espacios cerrados dependerá de muchos factores, como el número de personas en el interior y la distancia entre ellas, por ejemplo. En un espacio cerrado, sin aire acondicionado, ni ventiladores, ni ventanas abiertas que den corriente, aguantando el calor, si se respeta una distancia de tres o cuatro metros, aproximadamente, se podría estar sin mascarilla. Al toser, los virus caerían al suelo, este coronavirus es muy pesado", destaca.
El Gran Salón de China celebró este jueves la primera de sus dos sesiones anuales. Todos los delegados, excepto las primeras filas, llevaron mascarilla y no mantuvieron distancia interpersonal. En el Congreso de los Diputados, en España, algunos políticos utilizaron mascarilla y otros no, aunque sí mantuvieron distanciamiento. Dos maneras distintas del uso de mascarilla en espacios cerrados.
El aire acondicionado será el peor enemigo y los domicilios que reciban visitas. "Ahora llega el verano, el aire acondicionado es un problema. Si hay corrientes y mueve el ambiente en la habitación, sí hay peligro de contagio. Aunque en un espacio cerrado, si no hay corrientes, ni ventanas abiertas, aguantando el calor, y se mantiene una distancia de dos metros, aproximadamente, sería suficiente. En el Congreso deberían haber llevado todos mascarilla, no solo por total seguridad, sino también para dar ejemplo a los ciudadanos", comenta el experto.
La mascarilla ya es parte de la indumentaria de los camareros, pero ahora son los cientes los que deben hacer uso de ellas si no se mantienen los dos metros de seguridad, según el BOE. Sin embargo, hay muchas otras dudas, como el hecho de destaparse la boca, bajándose la mascarilla, tras haber tocado algo con la mano, para beber o comer.
¿Qué hacemos en las terrazas con la mascarilla? "Si no lo ves claro, lo mejor es no quitarse la mascarilla. Cuando se quiera comer o beber, se echa gel desinfectante en las manos, y con una mano te destapas la boca bajándote la mascarilla por un lado y con la otra bebes o comes. Mejor esta manera que ninguna. Estar en la terraza de un bar o un restaurante merece ser precavido. Vendría bien conocer la evidencia científica, pero se necesitan meses investigando", asegura Xercavins.
"Lo bueno es que ahora hay mucha menos carga viral y es muy difícil encontrarte con alguien infectado. Sin embargo, se está comprobando cómo los virus van aflojando: atacan los primeros meses y van remitiendo. Un ejemplo es el cólera, pero sobre el coronavirus no hay evidencia científica todavía sobre si está remitiendo por el calor y no por el confinamiento", apunta.
Las visitas a los domicilios pueden acarrear riesgos, por lo que se recomienda tener precaución. "Si vas a visitar a un familiar, a tus abuelos, por ejemplo, y han estado confinados en casa estos meses, no se tendría por qué usar mascarilla a la hora de sentarse a la mesa a comer y disfrutar. Hay que tener mucha precaución", señala el doctor especializado en Medicina Preventiva.
"Ahora, si vamos a una reunión con gente que no es de tanta confianza, y seguridad, o la mejor opción, hacerla en un espacio abierto, como la terraza de casa o el jardín, respetando el distanciamiento. También se puede quedar en el campo, por ejemplo, manteniendo distancia considerable y ahí podrías no usar mascarilla. Si se quiere riesgo mínimo, mascarilla", explica.
"En espacios abiertos habría que estudiar cada caso, pero en lugares cerrados, como tiendas, oficinas o redacciones, lo mejor es usar mascarilla. Más aún con la llegada de las altas temperaturas, que no se pueden evitar, y se tendrá que utilizar el aire acondicionado", comenta Xercavins.
"Estando en tu puesto, que vas a hablar con el responsable, o con un compañero a su puesto... es un asunto delicado. Yo recomendaría la mascarilla en estos casos. También, para respirar un poco mejor, se puede salir afuera y sacarte la mascarilla para despejarte", recomienda.
Otro hecho que preocupa es que las jornadas de trabajo, normalmente, tienen una duración de ocho horas, por lo que, si usáramos una mascarilla higiénica, deberíamos usar dos en un mismo día y en el mismo espacio (o comprar una FFP2).
"Si hay más gente, sí hay que llevarla. Si entras al baño después de que haya entrado una persona y hayan pasado unos minutos, no hay problema. El virus habría caído al suelo. Pero es mejor utilizar la mascarilla para evitar cualquier posible contagio -además de no tocarnos la cara/mascarilla y lavarnos las manos-", afirma el experto.
"Las mascarillas deben estar certificadas con el sello de la CE, Comunidad Europea (normas). La quirúrgica sirve para no contaminar a los demás, al igual que la higiénica, pero si no todo el mundo la lleva, estamos desprotegidos y expuestos a un posible contagio. Lo mejor sería que todo el mundo usara una FFP2, pero tienen un precio elevado", aclara.
"Si están haciendo las mascarillas reutilizables, tiene muchas garantías, si es de empresas reconocidas. Lo que no te puedes fiar es cuando procede de una fuente desconocida. Las empresas, si dicen que una mascarilla es reutilizable (como puede ser la que lance Agatha Ruiz de la Prada con Lidl), seguro que las certifican, porque se la juegan muchísimo", asegura.
El doctor Xercavins propone desde hace meses la llamada 'zona de cuarentena para objetos', un método que también se puede llevar a cabo con las mascarillas, según el experto, y que podría hacer ahorrar a las familias en cuanto al gasto de mascarillas. "Una mascarilla higiénica, al igual que la quirúrgica, puede usarse cuatro horas, pero no hay por qué tirarla, aunque hay que tener en cuenta que se pueden estropear, más ahora con el sudor y el calor. Se puede hacer un mecanismo sencillo: tres usos de cuatro horas, pero antes de cada uso, la mascarilla debe pasar al menos tres días en la zona de cuarentena (un lugar de casa que tengamos destinado para dejar las cosas que traemos al regresar de la calle, lo más soleado posible)", destaca.
"Las mascarillas deberían estar más subvencionadas. En lugar de 0,96€ deberían estar a 0,20€. La diferencia entre las higiénicas y quirúrgicas y la FFP2 es que, con esta última, no te contagian a ti. Si todos lleváramos mascarilla, bastaría la higiénica", señala Xercavins, aunque las mascarillas también dependen de cada tipo de persona.
Las mascarillas quirúrgicas e higiénicas, las más recomendables para la población, según Sanidad, tienen una vida útil de entre 4 a 8 horas y deben guardarse en una bolsa transpirable o un sobre de papel para un segundo uso, nunca en el bolso o bolsillo, ya que son vectores de contaminación.
Todas las personas están obligadas a su uso, salvo en las excepciones de personas que padecen insuficiencias respiratorias y por discapacidad, dependencia o motivos de salud.
"La OMS dice que no hay evidencia científica pero no dice que no se pueda producir este tipo de contagio. La evidencia científica es un proceso que se lleva a cabo con miles de personas y que puede durar años o meses para determinar que una cosa no es así", explica Xercavins.
"Hay que hacerlo con 600 personas que toquen una superficie y se pongan el dedo en la nariz. 500 más que toquen superficies sin coronavirus. Es fantástica la evidencia científica, pero lleva mucho tiempo. Ante la falta de tiempo, se requiere sentido común. También comentaron que las mascarillas no tenían que utilizarse de manera generalizada, porque no había evidencia, pero finalmente se ha visto que se necesitan", concluye el experto.