La crema de día y de noche son diferentes: cómo usarlas bien teniendo en cuenta lo meteo
Las cremas de día están específicamente diseñadas para hidratar y reforzar la barrera cutánea
Las cremas de noche buscan reparar los daños causados durante el día
Es verdad que muchas personas usan las cremas de día y noche indistintamente, pero hacerlo es una mala costumbre. Las cremas de día están específicamente diseñadas para hidratar y proteger la piel de las agresiones externas que provocan por el clima o la contaminación. Las de noche, entre otras muchas funciones, tienen la de reparar los daños causados durante el día.
¿Cómo funcionan?
El frío y el viento provocan la deshidratación de la piel, contribuyendo a la formación de arrugas y al envejecimiento prematuro. También el frío es responsable de que se produzca la vasoconstricción de los capilares, generando una disminución del flujo sanguíneo y dando a la piel un aspecto apagado. Por otra parte, los cambios bruscos de temperatura provocan estrés hídrico, siendo necesario utilizar cremas que hidraten y mantengan la piel en óptimas condiciones para hacer frente a estos los agentes externos.
La función principal de una crema de día es reforzar la barrera cutánea: mantener la piel hidratada para hacer frente a agresiones externas como el frío, el viento, las calefacciones o la contaminación y también protegerla de los rayos UV mediante un factor de protección adecuado.
Y es aquí donde radica una de las principales causas por las que no debes irte a dormir con una crema de día si contiene factor de protección, porque estos ralentizan el proceso de regeneración nocturna de la piel, además contienen ingredientes que pueden obstruir los poros y provocar la aparición de granos.
La otra razón es que el trabajo que hace en la piel una crema de noche no lo hace una crema de día.
Así trabaja una crema de noche
Durante la noche, la piel está más receptiva a cualquier tipo de tratamiento y menos expuesta a las inclemencias del tiempo por lo que es posible utilizar ingredientes que durante el día no serían recomendables.
Durante las horas de descanso nocturno se inicia una actividad celular que ayuda a la regeneración de la piel, además los músculos se relajan, la circulación se hace más fluida, haciendo que el aporte de oxígeno y nutrientes sea mayor que durante los periodos de actividad.
En torno a las 3 de la madrugada la síntesis de fibras de colágeno alcanza su pico más alto, también se activan la microcirculación sanguínea y el drenaje linfático facilitando la eliminación de toxinas y la oxigenación celular. La noche es el momento idóneo para ayudar a la piel a realizar todo este trabajo con el uso de cremas que contienen mayor concentración de principios activos, porque la piel los va a aprovechar mejor que de día, y que no llevan filtros solares, porque no sólo no son necesarios, sino que son perjudiciales.
Activos cosméticos
Si lo importante de una crema de día es reforzar la barrera cutánea, es necesario elegir los ingredientes adecuados para ello. Además de un filtro solar adecuado al tipo de piel que es fundamental, será necesario optar por cremas que contengan antioxidantes que neutralicen la acción de los radicales libres como la vitamina C y agentes hidratantes como el ácido hialurónico.
En cuanto a las cremas de noche, dependerá de los frentes en que se quiera actuar, pues serán diferentes en pieles grasas o secas, tendentes a las arrugas o a la flacidez. No obstante, centrando la atención exclusivamente en la regeneración celular, una crema de noche debe contener principios activos como el colágeno o el retinol, que ayuden a la renovación epidérmica.