Ha habido menos casos de gripe en los Estados Unidos esta temporada que en cualquier otro registro. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), solo ha habido 2.000 casos de influenza desde septiembre. Cuando el promedio cada año se ha situado en 206.000 en aquel país.
Con la llegada de las medidas para frenar al coronavirus, cuando estalló la pandemia, la gripe o influenza, causada también por un virus, ha ido desapareciendo. Con los datos de contagios del último año casi se podría decir que la gripe ha desaparecido.
Cuando comenzó la pandemia de coronavirus, los expertos se mostraron temerosos de que el virus del covid conviviera con el de la influenza. Finalmente eso no ha sucedido. Habría sido el caos.
Sin embargo, la falta de casos de gripe podría hacer a la gente más vulnerable cuando lo peor del coronavirus pase y regrese la gripe. Su regreso, según los expertos del diario New York Times, es seguro. "No sabemos cuándo volverá a los Estados Unidos, pero sabemos que volverá", afirma Sonja Olsen, epidemióloga de los CDC.
Los expertos saben que la gripe volverá pero no sabe cómo el hombre lo afrontará. Cuando, tras las vacunas, la gente regrese a la vida como antes, al transporte público, restaurantes, centros de estudio y oficinas, los brotes de influenza se extenderán. Aunque también advierten los expertos citados en el señalado medio que puede que el virus esté más debilitado tras un periodo en pausa, sin evolucionar.
“No tenemos ni idea”, ha reconocido Richard Webby, virólogo del Hospital de Investigación Infantil St. Jude en Memphis. “Estamos en territorio inexplorado. No hemos tenido una temporada de influenza tan baja, creo que desde que la hemos estado midiendo. Entonces, cuáles son las posibles implicaciones no está claro".
El uso de mascarillas y el lavado frecuente de manos, sin duda son una gran ayuda para frenar a la gripe, como lo son frente al coronavirus. El uso de las vacunas contra la gripe, como pasa con las del covid, también es importante. Ahí los expertos señalan la eficacia de los últimos sueros contra este virus y de la disposición de la gente a ponérselas.
Cuando estalló el covid el año pasado estábamos en plena temporada de gripe. De hecho, puede que los primeros casos de covid, los no graves, se confundieran y trataran por los médicos como gripe. Con el cierre de los colegios y la paralización de la actividad económica y los desplazamientos y viajes la influenza cayó rápidamente a niveles nunca vistos en EEUU.
Los médicos achacan este descenso, no a la falta de pruebas, que aseguran que al menos en EEUU se han seguido haciendo, sino a la exposición de la gente al virus de la gripe, que casi desapareció por las medidas de seguridad y distanciamiento frente al covid.
En España, el Sistema de Vigilancia de Gripe en España (SVGE), ha detectado, hasta el 10 de enero, apenas cinco virus de la gripe en la temporada 2020-2021 en todo el país. La temporada anterior se notificaron 568 en total.
Según Rachel Baker, epidemióloga de la Universidad de Princeton, “para algo como covid, donde hay una población completamente susceptible al comienzo de una pandemia, se necesita mucho más trabajo para frenar la propagación de la infección”. Es decir, la gente es mucho más susceptible a un virus novedoso, que al de la gripe – aunque este varíe cada año-.
El doctor Webby señala que el coronavirus ha acabado con el virus de la gripe porque, a menudo, unos virus acaban con otros. “Uno tiende a mantener fuera al otro”, explica.
La influenza no fue el único virus que desapareció durante la pandemia de covid. También hubo descensos notables en otras enfermedades respiratorias, incluido el virus sincitial respiratorio (VSR), causa más común de neumonía en los lactantes.
La gripe es una enfermedad común, que en algunos casos puede complicarse hasta resultar mortal. En EEUU, la influenza mata, según los CDC a entre 12.000 y 61.000 personas al año. En España, la media de fallecimientos por gripe está en 6.000 anuales. Sin embargo, en la temporada 2019/2020 en nuestro país murieron 3.900 personas. Son los niños y las personas mayores, las más vulnerables.
Si la inmunidad frente a la gripe disminuyó durante la pandemia debido a la falta de exposición a este virus, más personas de lo habitual pueden ser ahora o en los próximos meses susceptibles al virus. "La disminución de la inmunidad natural es una preocupación", para la doctora Olsen porque "una inmunidad más baja podría provocar más infecciones y enfermedades más graves".
El resultado podría significar brotes más grandes y fuera de temporada de gripe y VSR, explica el doctor Baker. De hecho, dice, en Florida, el RSV estaría disminuyendo en esta época del año, pero está repuntando. Y aún hay colegios y oficinas cerradas, para preocupación de los científicos, que miran la vuelta a la actividad de estos lugares con recelo.
“Sabemos que los niños en edad escolar son importantes impulsores de la transmisión del virus de la influenza. Sin embargo, debido a que la influenza es difícil de predecir, no podemos pronosticar la gravedad de la próxima temporada”, señala Olsen.
También hay otra ventaja potencial en la ausencia de influenza: menos casos, menos mutaciones.
"En este momento, debido a que la influenza no circula tanto, es posible que el virus no haya tenido tantas oportunidades de evolucionar", señala el doctor Baker. Eso –añade- “significa que nuestras vacunas podrían ser más efectivas de lo normal". Por eso, crear la vacuna contra la gripe este año ha sido más fácil.
Más allá de todo esto los doctores señalan que la incertidumbre que hay sobre el regreso de la influenza hace que vacunarse sea más importante que nunca.
Además, señalan que las nuevas costumbres impuestas por la pandemia de covid -como la mascarilla, la higiene de manos y el distanciamiento social- pueden jugar a nuestro favor si la gente opta por mantenerlas.