Ha ocurrido en Estados Unidos, en Seattle. Un centro médico destinado a nativos americanos hizo un pedido de test de detección de coronavirus a mediados de marzo a las autoridades estadounidenses. Para su sorpresa, cuando recibieron la entrega descubrieron que se trataba de "una caja de bolsas para cadáveres".
Esther Lucero, CEO de la Junta de Salud India de Seattle, contó la experiencia a NBC News: "Todo mi equipo se puso blanco, parecían fantasmas". Dice estar segura de que se trata de un error.
Por su parte, la directora de investigación de la junta de salud, Abigail Echo-Hawk, manifiesta que este envío, cuanto menos macabro, se ha convertido en tema de conversación entre todas las comunidades indígenas del país.
Aseguró que esta escena es puramente "una metáfora de lo que está sucediendo". Los gobiernos tribales han recibido con más de un mes de retraso el dinero que el gobierno federal destinó a sus ayudas. "La nación navajo está ahora en crisis. Hay otras tribus y organizaciones de nativos que podrían recibir medicamentos y ayuda en lugar de observar la pérdida de vidas".
Ante los estudios que apuntan a una posible segunda ola de coronavirus, Echo-Hawk se plantea qué va a ocurrir en ese caso, manifestando su preocupación ante la posibilidad de no disponer de pruebas ni de material de protección para sus sanitarios: "¿Vamos a seguir obteniendo bolsas para cadáveres o vamos a obtener lo que realmente necesitamos?", se pregunta.