Recientes estudios afirman que las personas con obesidad o sobrepeso tienen más riesgo de ser contagiadas por coronavirus y fallecer debido a la infección. Los expertos aconsejan bajar de peso para reducir ese riesgo y evitar los malos pronósticos en caso de contagio.
Las células grasas producen grandes cantidades de una proteína utilizada por el virus para introducirse en las células humanas. Por este motivo, el coronavirus se adhiere a estas proteínas y logra así introducirse en el interior de los cuerpos.
Ante esta realidad, la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) ha establecido que adelgazar en caso de padecer de sobrepeso u obesidad sea una prioridad. Todo en vistas a reducir la cantidad de contagios y la gravedad de los mismos. En caso de contraer la COVID-19 y sufrir de obesidad, este motivo será suficiente para tener un peor pronóstico.
Así lo evidencia, por ejemplo, la investigación de Public Health England junto a otros estudios especializados. Los datos de pacientes hospitalizados por coronavirus insinúan que, en efecto, las personas obesas tienen más tasa de mortalidad que las delgadas. Tres de cada diez adultos en Inglaterra son obesos diagnosticados. Atendiendo a los datos de los hospitales del NHS, el 75 por ciento de los pacientes ingresados en cuidados intensivos por COVID-19 sufren sobrepeso.
Francisco Tinahones, doctor y presidente de SEEDO, afirma que "reducir, aunque sea mínimamente, su peso, supondrá un gran beneficio". Serán fundamentales "atención y precauciones adicionales en casos de pacientes con obesidad durante esta pandemia".
Como decíamos, actualmente surgen datos que evidencian la relación existente entre la obesidad y el riesgo de padecer coronavirus. Un 88,2 por ciento de los pacientes fallecidos por COVID-19 tenían un índice de masa corporal superior a 25. "Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU han reconocido que tener un IMC mayor de 40 es un factor que aumenta la vulnerabilidad de esta infección", informa Tinahones.
"Las personas con obesidad tienen un entorno proinflamatorio. Se cree que la COVID-19 puede exacerbar aún más la inflamación, exponiéndolos a niveles más altos moléculas inflamatorias circulantes en comparación con los sujetos delgados", detalla.
No obstante, no solo sufren este riesgo sino que, además, se convierten en potentes vectores de transmisión. La obesidad alarga el tiempo de eliminación del virus, que puede alojarse en el tejido adiposo y extenderse a otros órganos.
Ante esta situación, la SEEDO ha elaborado un decálogo enumerando las medidas a seguir para evitar el contagio destacando, en los casos necesarios, la pérdida de peso. Diego Bellido, vicepresidente de SEEDO, afirma: "Consideramos indispensable incluir entre las medidas esenciales para contener la pandemia el cuidado del peso y evitar la obesidad".