"Naturalizar" el miedo, es decir, utilizarlo en positivo "sin irse de la mano"; no obligar a nada "si no les apetece"; y usar "el pensamiento mágico, el juego" de igual manera positiva son las claves que los padres deben tener en cuenta a la hora de la salida de los niños del confinamiento por la Covid-19 a partir de este domingo.
Así lo ha señalado, en una entrevista con Europa Press, la directora del Postgrado de Experto en Inteligencia Emocional de UNIR, Carmen García de Leániz, quien considera "una gran noticia" la posibilidad de que los pequeños puedan salir, como ha anunciado el Gobierno, una hora al día a pasear.
Con todo, la experta advierte que "primero, los padres deben afrontar la nueva situación desde el optimismo, hay que transmitir a los niños que la pandemia va remitiendo", si bien reconoce que "cada uno lo vivimos de una manera, desde el enfado por las acciones del Gobierno, por ejemplo, o desde el miedo al contagio, o la pena por las personas enfermas y fallecidas".
Por eso, García de Leániz apunta que "primero, los padres tienen que ver cómo se sienten ellos mismos ante la enfermedad, para no transmitir un contagio emocional negativo a los niños". "Hay que ver cómo se lo queremos plantear, teniendo en cuenta dos cosas: que el enfado no aporta nada, y que el miedo se puede naturalizar".
En este sentido, detalla que "el miedo hay que canalizarlo a los pequeños haciéndoles ver que sí, que hay una amenaza, pero que vamos a salir del túnel si hacemos las cosas bien". "Nunca -añade- siendo obsesivos o fatalistas, no se nos tiene que ir de las manos".
De este modo, distingue varias fases en la preparación de los niños ante la salida. Primero, la gestión, "que sería mantener una conversación con el niño, desde un punto de vista positivo, hacerle ver que es una oportunidad que se pueda salir, porque, por ejemplo, tiene beneficios para la salud, se toma el sol, se hace ejercicio...".
Con todo, señala la experta que "a la vez, hay que gestionar también las expectativas, porque igual los niños piensan que, cuando salgan, todo va a ser igual que antes, y, si no entienden las medidas que tienen que seguir, puede dar lugar a frustración, rabietas y conflictos".
Igualmente, García de Leániz aboga por "preguntarles y escuchar cómo lo están viviendo, si están enfadados porque no pueden ver a sus amigos, si tienen miedo porque han visto noticias o, incluso, si no les apetece salir".
"Nos podemos encontrar con todo tipo de mensajes, pero tenemos que saber escucharles, calmarles si hace falta y, en el caso de que no quieran salir, tratarles con respeto y, más de intentar convencerles, tratar de ver qué es lo que les está pasando, la razón de que se sientan de esa manera", afirma.
Por eso, considera un buen recurso, sobre todo en el caso de los niños más pequeños, acudir al "pensamiento mágico, al juego, hacerles ver que ya se ha ganado una batalla al virus y que, al salir a la calle, hay que terminar la misión de vencerle".
Una guerra en la que las 'armas' serían las mascarillas y los guantes "en los que se puede utilizar la creatividad, decorándolos a gusto de los niños" o, por ejemplo, "inventando un 'saludo secreto', ya que no nos podemos abrazar con saludar como antes".
"El juego -asegura la experta- es uno de los mejores aliados con los que podemos contar, porque los niños, jugando, entran fenomenal en cualquier situación".
Y, como último paso, García de Leániz recomienda "llegar a un pacto con los niños, decir qué vamos a hacer y qué no", algo que, "a lo mejor, con los más pequeños, se puede hacer con dibujitos y, para los más mayores, llegando a un acuerdo respecto a qué, cómo o para qué se van a hacer determinadas cosas".
Un pacto "que, incluso, podría ir acompañado de un ritual, de un documento sellado para darle más importancia y al que, en un momento dado, se pueda recurrir, recordando lo que se ha firmado, en vez de recriminar o regañar si alguna medida no se cumple".
"Es una forma de conseguir complicidad y hasta rebajar la ansiedad, incluso para los padres", recalca la experta de UNIR, quien reconoce que la salida medida a la calle "nos va a venir también a los padres, que tenemos muchas responsabilidades, entre teletrabajo, la casa y los deberes". "Nos va a venir bien a todos", apostilla.
"Lo más importante es contar siempre con los niños, con lo que piensan y sienten. Contagiarles responsabilidad mediante la positividad y la empatía, todo con flexibilidad y con humor, mucho humor. Y seguramente, nos encontraremos con que nos sorprendemos mucho con ellos", finaliza Carmen García de Leániz.