El coronavirus sorprende a cada paso. Ataca más a los hombres, sí, y más a los mayores de 60 años. Eso parece evidente, pero también puede provocar la muerte de jóvenes sin patologías previas y los casos de niños afectados empiezan a salir a la luz. Se ha pasado de hablar de un problema respiratorio a uno cardiovascular y ya se sabe que los efectos colaterales del coronavirus provocan ictus, atacan al sistema nervioso y pueden dejar secuelas graves.
Un nuevo estudio de la Universidad de Southern California (Estados Unidos) sugiere que la supresión temporal del sistema inmunológico del cuerpo durante las primeras etapas de Covid-19 podría ayudar a un paciente a evitar síntomas severos. Esto se debe a que la investigación, que acaba de ser publicada en la revista 'Journal of Medical Virology', muestra que una interacción entre las dos principales líneas de defensa del cuerpo podría estar causando que el sistema inmunológico se ponga en marcha en algunos pacientes.
La primera línea de defensa del cuerpo, la respuesta inmune innata, comienza justo después de una infección, como una infantería que va tras un invasor extranjero, matando al virus y a cualquier célula dañada por él.
La segunda línea de defensa, la respuesta inmune adaptativa, se activa días después si queda algún virus, empleando lo que ha aprendido sobre el virus para movilizar una variedad de fuerzas especiales como las células T y B. Utilizando el "modelo de célula objetivo limitada", un modelo matemático común desarrollado para comprender la dinámica de las infecciones virales, los investigadores examinaron cómo funcionan las dos respuestas inmunológicas en los pacientes de Covid-19 en comparación con los pacientes que tienen la gripe.
La gripe es una infección que se desarrolla rápidamente y que ataca a ciertas células diana en la superficie del sistema respiratorio superior y mata a casi todas las células diana en un plazo de dos o tres días. La muerte de estas células priva al virus de más objetivos a infectar y permite que el tiempo de respuesta inmunológica innata limpie el cuerpo de casi todo el virus antes de que el sistema adaptativo entre en juego. Pero Covid-19, que se dirige a las células de la superficie en todo el sistema respiratorio, incluyendo los pulmones, tiene un promedio de incubación de seis días y una progresión de la enfermedad mucho más lenta. El modelo matemático sugiere que la respuesta inmune adaptativa puede actuar antes de que las células objetivo se agoten, ralentizando la infección e interfiriendo con la capacidad de la respuesta inmune innata de matar rápidamente la mayor parte del virus.
"El peligro es que, a medida que la infección continúa, movilizará toda la respuesta inmune adaptativa con sus múltiples capas. Esta mayor duración de la actividad viral puede conducir a una reacción excesiva del sistema inmunológico, llamada tormenta de citoquinas, que mata las células sanas, causando daño a los tejidos", explica uno de los líderes del estudio, Weiming Yuan.
La interacción de las respuestas inmunológicas innatas y adaptativas también podría explicar por qué algunos pacientes de Covid-19 experimentan dos ondas de la enfermedad, que parecen mejorar antes de que finalmente empeoren mucho.
"Algunos pacientes de Covid-19 pueden experimentar un resurgimiento de la enfermedad después de un aparente alivio de los síntomas. Es posible que el efecto combinado de las respuestas inmunológicas adaptativas e innatas pueda reducir el virus a un nivel bajo temporalmente. Sin embargo, si el virus no se elimina completamente, y las células objetivo se regeneran, el virus puede volver a tomar el control y alcanzar otro pico", argumenta otro de los autores, Sean Du.
El resultado más importante de la investigación es el tipo de tratamiento que sugiere para prevenir esta interacción entre las dos respuestas inmunológicas. "Basándonos en los resultados del modelado matemático, propusimos la idea contraria a la intuición de que un régimen corto de un fármaco inmunosupresor adecuado aplicado en las primeras fases del proceso de la enfermedad puede mejorar el resultado de un paciente. Con el agente supresor adecuado, podemos ser capaces de retrasar la respuesta inmune adaptativa y evitar que interfiera con la respuesta inmune innata, lo que permite una eliminación más rápida del virus y de las células infectadas", apunta Du.
Pequeños estudios realizados en China, incluido uno reciente de pacientes con COVID-19 y uno de pacientes con SARS en 2003, muestran que los pacientes que recibieron inmunosupresores como los corticoides tuvieron mejores resultados que los que no los recibieron. Los investigadores dicen que un posible próximo paso podría ser tomar medidas diarias de las cargas virales y otros biomarcadores en los pacientes de Covid-19, para ver si los datos validan el modelado matemático. También se necesitarán más estudios preclínicos, incluyendo experimentos en modelos animales, para probar la eficacia de un tratamiento inmunosupresor temprano.