El coronavirus provoca sus mayores daños en el organismo humano cuando infecta las células del endotelio (la pared interior de los vasos sanguíneos), provocando coágulos. Esa es la conclusión de una investigación realizada tras practicar la autopsia a 67 personas en Nueva York, recogida en medRxiv, con el objetivo de aclarar las dudas que se tenían sobre las secuelas de la COVID-19 y así crear un tratamiento mejor.
"Al principio veíamos la COVID como una infección respiratoria que podía causar neumonías. Ahora sabemos que aquella visión inicial era excesivamente simple. En los casos en que se complica, se extiende más allá del aparato respiratorio y se convierte en una enfermedad multiorgánica", ha explicado Carlos Cordón-Cardó, patólogo y directivo de los hospitales Mount Sinai de Nueva York y coautor de la investigación.
Son dos las complicaciones fundamentales que puede producir este virus: la tormenta de citoquinas y los coágulos. Pero aún no puede confirmarse que las dos alteraciones principales tengan relación o si son independientes. La primera se trata de una inflamación sin control del sistema inmunitario que produce que las moléculas que deben ser defensivas se conviertan en agresivas para el organismo.
La segunda puede producir ictus, embolias pulmonares y hasta infartos de miocardio. "El endotelio tiene un papel decisivo en las formas graves de la enfermedad, lo que nos indica que tenemos que cambiar las estrategias de tratamiento", advierte Cordón-Cardó. El coronavirus entra en nuestro organismo a través de las células de los pulmones y el cerebro, y es en estos órganos donde se han encontrado pequeños trombos por tener receptores de la proteína ACE2. Sin embargo, en otros órganos donde casi no existen estos receptores, no se han descubierto trombos.
En el Hospital Universitario de Zurich, en Suiza, en un estudio recogido en The Lancet se encontró el virus en el interior de células endoteliales de tres pacientes, por lo que estas células pueden ser infectadas por el coronavirus. "Por nuestra experiencia en la red de hospitales Mount Sinai en Nueva York, la mayoría de pacientes graves con Covid tienen alteraciones importantes de la coagulación", afirma Cordón-Cardó.
La Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, han establecido una hipótesis de que el coronavirus tiene una evolución de tres fases: la infección vírica, los daños en el endotelio y estos son los que desencadenan la tormenta de citoquinas. Esta podría dañar más el endotelio, agravando la inflamación, según recoge la revista Nature Reviews Immunology.
"Lo más importante es que comprender mejor la enfermedad nos permitirá mejorar el tratamiento de los pacientes", añade el coautor de las investigación. Tras conocer estas informaciones, se está investigando la forma de tratar la COVID-19 a través de fármacos anticoagulantes, como ha empezado a hacer el hospital Mount Sinai. Los primeros resultados del proyecto demuestran que aquellos pacientes que son tratados con este tipo de medicamentos tienen la mitad de probabilidad de morir que aquellos que no los reciben.
A su vez, se están estudiando otros tratamientos para paliar las tormentas de citoquinas. Los primeros resultados amparan que si se consigue frenar la reacción inflamatoria a través de un fármaco, se puede llegar a reducir la tasa de mortalidad del virus.