Respiradores, la última esperanza para salvar los pulmones de los enfermos de coronavirus más graves

  • El 96'6 % de los fallecidos en 2017 por neumonía o gripe eran mayores de 60 años

  • Los respiradores de las UCI son los únicos que pueden ayudar a uns pulmones con COVID-19

  • En españa solo hay dos empresas que fabrican respiradores invasivos

La neumonía y la gripe mataron en 2017 a 22.531 personas en España, un 5'3 % de los 424.523 fallecidos ese año de los que las personas mayores de 60 años suponía el 96,6 por ciento. Son datos del Instituto Nacional de estadística (INE) que reflejan la extrema vulnerabilidad de las personas mayores a cualquier problema de salud relacionado con los pulmones. Precisamente el virus SARS Cov 2 ataca a este sensible órgano destruyendo sus defensas y causando su colapso en breve tiempo.

La acción en nuestro organismo de esta molécula de proteína cubierta por una capa protectora de grasa que es el SARS CoV 2 provoca la inflamación de los alvéolos pulmonares provocando una reacción demasiado agresiva de nuestro sistema inmunológico que le lleva a atacar a las células sanas del tejido pulmonar.

El daño también se localiza en los vasos sanguíneos que terminan inundando de líquido los tejidos pulmonares causando la neumonía. Esta enfermedad colapsa los alvéolos pulmonares impidiendo que el oxígeno llegue a la sangre.

Todo este proceso acaba dañando los pulmones y disminuyendo la capacidad de estos para cumplir su función, daños que pueden ser permanentes.

La suma de este fallo pulmonar con una exagerada reacción inmunológica es la que termina afectando al resto de órganos provocando un fallo multiorgánico y, consecuentemente, la muerte del paciente.

Según los expertos, al menos el 85 por ciento de los pacientes con coronavirus presentan anomalías en los pulmones. Además, según un estudio de la American Journal of Roentgenology, "el 75 por ciento de los pacientes tienen inicialmente una afectación pulmonar bilateral que se manifiesta con mayor frecuencia como áreas subpleurales y periféricas de opacidad y consolidación del vidrio esmerilado. Además, edad avanzada y consolidación progresiva puede implicar un pronóstico general más pobre", recoge la web Redacción Médica.

Los respiradores invasivos, la última esperanza

Hasta que no se descubra una vacuna contra este coronavirus o se libere un fármaco que minimice el daño pulmonar que causa, los respiradores invasivos, los que suelen estar en las UCI de todos los hospitales son la última esperanza de los pacientes más afectados por el COVID-19.

Esto explica la lucha de países como Italia y España por hacerse con estos dispositivos de altísima tecnología cuyo uso y manejo ha de contar también con personal experto y preparado.

No todos los respiradores son iguales. En las últimas semanas estamos observando una verdadera carrera de particulares y empresas que tratan de poner en el mercado diferentes modelos fabricados con piezas elaboradas mediante ingenio y tecnología 3D o adaptando maquinaria o dispositivos industriales a este tipo de finalidad sanitaria.

En los casos menos graves, estos respiradores no invasivos que suelen ser los disponibles en equipos de emergencias o ambulancias pueden dar una respuesta suficiente para sacar al paciente de una crisis pulmonar producto de la enfermedad. Pero en los casos más graves, en aquellas personas de mayor edad, los respiradores invasivos que se introducen hasta los pulmones a través de la tráquea son la única posibilidad de restaurar la función pulmonar con alguna garantía de recuperación.

Su funcionamiento consiste en introducir oxígeno en los pulmones del paciente afectado al tiempo que extrae los gases para su evacuación.

La escasez de estos dispositivos tan complejos es una de las explicaciones que justifica que en España solo haya dos empresas con capacidad para fabricarlos, una en Madrid y otra en Valencia. Entre ambas pueden llegar a producir cien unidades al año, una cifra suficiente para abastecer al mercado español en tiempos normales pero la crisis sanitaria del coronavirus ha disparado la demanda de estos productos.

Otro elemento importante a tener en cuenta es que no son dispositivos fabricados en serie sino que son a demanda y muchas veces específicos para cada hospital y cada comunidad autónoma por lo que, en algunos casos requeriría una adaptación a su ubicación en una UCI diferente. También hay que tener en cuenta que su manejo requiere un alto grado de conocimiento del su tecnología y funciones por lo que necesita que el personal esté habituado a él, algo que no se improvisa en horas.

Todas estas limitaciones son las que están poniendo en riesgo la vida de los pacientes de mayor edad y con los pulmones más afectados por el coronavirus. Y aunque solo el 5 % de los contagiados por COVID-19 terminan padeciendo el llamado síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA), (una respuesta inflamatoria desmesurada de los pulmones a la infección), los ventiladores son la última esperanza para revertir esta insuficiencia respiratoria causada por una membrana mucosa que impide que el oxígeno la traspase llegando al torrente sanguíneo.