Las reacciones de histeria a la propagación del nuevo coronavirus siguen sucediéndose en todo el mundo, aunque un análisis atento del fenómeno indica que probablemente alcance su pico y comience a decaer antes de lo que se piensa.
A nivel mundial, ya ha habido 3.400 muertes a causa del Covid-19, de alrededor de 100.000 casos identificados. China fue el origen del virus y todavía representa más del 80% de los casos y muertes. Pero sus casos alcanzaron su punto máximo y comenzaron a disminuir hace más de un mes, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente se reportan menos de 200 nuevos casos, cuando en su momento máximo se alcanzó los 4.000 diarios.
Los países infectados posteriormente seguirán este mismo patrón, según la denominada Ley de Farr, que señala que las epidemias tienden a aumentar y disminuir en un patrón más o menos simétrico o en forma de campana. SIDA, SARS o Ébola siguieron ese patrón, al igual que la gripe estacional cada año.
Cabe señalar que la gripe es mucho más contagiosa que el nuevo coronavirus, como ha señalado la OMS. Los primeros casos conocidos de coronavirus se remontan a principios de diciembre, y desde entonces el virus ha afectado a menos personas en total que la gripe en unos pocos días. De hecho, la gripe es tan contagiosa que no se hacen cuarentenas porque sería imposible frenarla.
En cuanto a las tasas de mortalidad, emplear las matemáticas simples (del tipo muertes vs casos) es contraproducente porque solo contemplan casos reportados. Tanto en el coronavirus como en la gripe la gran mayoría de los infectados tienen síntomas tan leves, si es que los hay, que no buscan atención médica y no se cuentan en las estadísticas oficiales.
Además, esas tasas de cálculo ignoran la importancia de una buena atención médica. Y la gran mayoría de los casos se han dado en un país con mala atención médica, lo que exagera dramáticamente la tasa de mortalidad. Tasa que también varía enormemente según la edad. Según el Gobierno chino, es del 0,2% por debajo de los 40 años, pero del 14,8% por encima de los 80. Y entre menores el número de muertes es cero, según un estudio del 'Journal of the American Medical Association'.
Al igual que la gripe, el coronavirus está afectando a grupos de alto riesgo: los ancianos, aquellos con afecciones de salud subyacentes como diabetes o enfermedades cardíacas y aquellos con sistemas inmunes comprometidos. ¿Hay excepciones? Seguro. Pero ese es el caso con casi todos los fenómenos biológicos complejos de este tipo.
Más buenas noticias. Este mes, el hemisferio norte, que incluye a los países con la mayoría de los casos, comienza a calentarse. Casi todos los virus respiratorios odian el clima cálido y húmedo. Es por eso que la gripe se extingue en Estados Unidos cada año a más tardar en mayo y probablemente la razón de que América Latina haya reportado solo 25 casos de coronavirus. Las únicas preguntas son cuál será el impacto en el hemisferio sur, donde viven muchas menos personas, y si regresará al norte en el otoño.
Aún así, para reducir aún más los riesgos, conviene usar lo que funciona contra la gripe y los resfriados. Olviden las mascarillas, pero lávense las manos con agua caliente y jabón durante al menos diez o veinte segundos.